Muchas lumbalgias son causadas
por posturas inadecuadas y sobreesfuerzos en el trabajo, las actividades
domésticas y los deportes. Se debe tener especial cuidado al mover o levantar
pesos y en general a las inclinaciones forzadas de espaldas que deben evitarse
a toda costa.
La mejor prevención es evitar los
movimientos bruscos, adoptar buenas posturas, calentar antes de hacer ejercicio,
evitar el sobrepeso y la obesidad.
Levantar un objeto
En la postura para el movimiento
o levantamiento de pesos debe evitarse la posición en la que se inclina la
espalda y se debe adoptar la siguiente posición:
1 - Bajar el cuerpo para poder
coger el peso: doblar las rodillas con la espalda recta con el objeto de que la
fuerza se haga con las piernas y no con la espalda. Nunca se deben tener las
piernas rectas.
2 - Agarrar el peso: el peso a
levantar debe colocarse pegando al cuerpo (tronco).
3 - Levantar el peso: estirar las
piernas (que estaban flexionadas) manteniendo la espalda recta con el peso
pegado al cuerpo.
Dejar un objeto
1 - Si el lugar a dejar el peso
está a la misma altura que el tronco: dejar el peso sin separarlo del tronco.
2 - Si el lugar a dejar el peso
está a una altura inferior al tronco: bajar el tronco doblando las piernas por
las rodillas y manteniendo la espalda recta.
3 - Si el lugar a dejar el peso
está a una altura superior al tronco: utilizar una escalera y subir por ella,
con la espalda recta, hasta que la altura del tronco alcance el lugar donde
dejar el peso.
4- No dejar nunca el peso a una
altura superior a la que se encuentre pegado al tronco ya que obligaría a
forzar la espalda.
Ejercicio y actividad física
El ejercicio físico y la
actividad física de manera regular disminuye el riesgo de padecer lumbalgia. El
sedentarismo aumenta el riesgo de padecer dolor de espalda y el reposo en cama
el riesgo de que este dolor se prolongue por más tiempo y reaparezca más fácilmente.
La práctica continua y no
intensiva de deportes (se recomienda la natación) se considera útil siempre y
cuando no esté contraindicada por el médico -especialmente en quienes padecen o
han padecido lumbalgia-.
El ejercicio físico está
contraindicado durante la crisis aguda de dolor pero no ocurre así en el dolor
crónico ya que mejora la incapacidad y el grado de movilidad y autonomía del
paciente.
Los ejercicios para prevenir la
lumbalgia suelen incluir aquellos que movilizan abdominales, dorsolumbares,
cérvico-dorsales, glúteos y cuádriceps; estiramientos dorsolumbares, etc.
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