Tacto
El sentido del tacto es aquel que
permite a los organismos percibir cualidades de los objetos y medios como la
presión, temperatura, aspereza o suavidad, dureza, etc. En el ser humano se
considera uno de los cinco sentidos básicos. El sentido del tacto se halla
principalmente en la piel, órgano en el que se encuentran diferentes clases de
receptores nerviosos que se encargan de transformar los distintos tipos de
estímulos del exterior en información susceptible de ser interpretada por el
cerebro.
Debemos tener en cuenta que
aunque principalmente el sentido del tacto se encuentra en la piel, también lo
encontramos en las terminaciones nerviosas internas del organismo pudiendo
percibir los altos cambios de temperatura o el dolor. Por lo que es el más importante
de los cinco sentidos permitiéndonos percibir los riesgos para nuestra salud
tanto internos como externos.
“Cuando nos describimos como
seres sensibles, lo que queremos decir es que somos conscientes. El significado
más literal y amplio es que tenemos percepción sensorial.”
El tacto pertenece al sistema
sensorial cuya influencia es difícil de aislar o eliminar. Un ser humano puede
vivir a pesar de ser ciego, sordo y carecer de los sentidos del gusto y el
olfato, pero le es imposible sobrevivir sin las funciones que desempeña la
piel. El tacto afecta a todo el organismo, así como a la cultura en medio de la
cual éste vive y a los individuos con los que se pone en contacto.
La piel se encuentra en un estado
constante de renovación debido a la actividad celular de sus capas profundas,
varía de textura, flexibilidad, color, olor, temperatura y otros aspectos.
Lleva consigo su propia memoria de experiencia, define nuestra individualidad;
no sólo tenemos huellas digitales que son únicas, también tenemos una
disposición de poros que es única. Es nuestra piel lo que se interpone entre
nosotros y el mundo, constituye aproximadamente el 12% de nuestro peso
corporal.
La punta de los dedos y la lengua
son mucho más sensibles que otros puntos del cuerpo. Las partes más pilosas son
generalmente las más sensibles a la presión, porque hay muchos receptores
sensoriales en la base de cada pelo, también es más delgada la piel donde hay
cabello o vello. El sentido del tacto no está en la capa externa de la piel,
sino en la segunda, en la dermis.
Sensibilidad táctil
La sensibilidad táctil, se divide
en dos tipos:
Sensibilidad protopática: es la
sensibilidad más primitiva y difusa, poco o nada diferenciada, que responde a
todos los excitantes cutáneos dolorosos, al calor y al frío extremos y al tacto
grosero; el sujeto no puede localizar con exactitud el lugar en el que obra el
estímulo, ni discriminarlo. Esta sensibilidad es la primera que reaparece
cuando un nervio sufre una lesión.
Sensibilidad epicrítica: es la
que asegura una discriminación más fina, localizada y exacta, permite apreciar
el estímulo de poca intensidad, normalmente ejerce influencia inhibitoria sobre
el sistema protopático, siendo esta más reciente. Responsable de la capacidad
de reconocer formas y tamaños.
Campos receptivos
El campo receptivo de un receptor
cutáneo es el área dentro de la cual un estímulo puede excitar a la célula. Si
la piel se toca en dos puntos separados pero dentro del mismo campo receptivo,
la persona será incapaz de sentir los dos puntos separados. Si los dos puntos
se encuentran más allá de un único campo receptivo, ambos serán notados. El
tamaño de los campos receptivos determina el grado en que se pueden resolver
los estímulos detallados: cuanto más pequeños y densamente agrupados estén los
campos receptivos, mayor la resolución. Por esta razón, las terminaciones
nerviosas de Merkel y los corpúsculos de Meissner están más densamente
agrupados en las altamente sensibles puntas de los dedos, y están menos
densamente agrupados en las palmas.
Los receptores sensoriales.
Los receptores sensoriales de la
piel detectan los cambios que se producen en el entorno; a través del tacto, la
presión y la temperatura. Cada tipo de receptor está inervado por un tipo
específico de fibra nerviosa. Los distintos receptores se distinguen por: 1- el
tamaño de su campo receptivo, 2- la persistencia de su respuesta y 3- el margen
de frecuencias al que responden.
Los Corpúsculos de Pacini
responden muy deprisa a cambios en la presión y tienden a reunirse cerca de las
articulaciones, en algunos tejidos profundos, así como en las glándulas
genitales y mamarias. Son sensores gruesos, en forma de cebolla, y le dicen al
cerebro qué es lo que los presiona y también qué movimientos hacen las
articulaciones o de qué modo están cambiando de posición los órganos cuando nos
movemos. No se necesita mucha presión para hacerlos responder y enviar mensajes
al cerebro; son sensibles a las sensaciones de vibración o variación, especialmente
las de alta frecuencia.
El tacto de presión profunda (de
un apretón por ejemplo) es generado por los corpúsculos de Pacini.
Los corpúsculos de Pacini son uno
de los cuatro tipos de receptores que existen: en concreto, son receptores
sensoriales de la piel que responden a las vibraciones y la presión mecánica.
Poseen una cápsula de tejido conectivo más desarrollada y tienen varios
milímetros de longitud. Los corpúsculos son elipsoidales y poseen una cápsula
compuesta por numerosas capas de células de tejido conectivo aplanadas. Cada
capa o lámina esta separada de las demás por fibras de colágeno y material
amorfo. La cápsula rodea un espacio central. Cada corpúsculo recibe una fibra
nerviosa gruesa mielítica, que pierde su vaina de mielina y penetra en el
espacio central donde también pierde su vaina de Schwann. El axón desnudo
recorre el espacio central sin ramificarse y forma un engrosamiento terminal.
Los corpúsculos de Pacini se
encuentran por ejemplo, en el tejido conectivo subcutáneo y son especialmente
numerosos en la mano y el pie. Además se encuentran en el periostio, las
membranas interóseas, el mesenterio, el páncreas y los órganos sexuales.
Los Corpúsculos de Ruffini se
hallan a cierta profundidad bajo la superficie de la piel; son sensores de
temperatura. No puede sorprender que la lengua sea más sensible al calor que
muchas otras áreas del cuerpo. A diferencia de otras informaciones táctiles,
las de temperatura le dan cuenta al cerebro de cambios tanto altos como bajos,
con frecuentes actualizaciones. El cuerpo responde inmediatamente a los cambios
de temperatura, y sentimos el frío con un espectro corporal más amplio que el
que tenemos para sentir el calor. Cuando el cuerpo se enfría, protege antes que
nada los órganos vitales (por eso es tan fácil que se congelen las extremidades).
Cuando los labios se nos ponen azules o el frío nos insensibiliza los dedos de
los pies, es porque los vasos sanguíneos se comprimen y el cuerpo sacrifica las
extremidades para mandar más sangre a la esencial sección interna.
Los corpúsculos de Ruffini son
receptores sensoriales situados en la piel y registran su estiramiento.
Identifican la deformación continua de la piel y tejidos profundos (Se
encuentran en la dermis profunda). Son especialmente sensibles a estas
variaciones y están situados en la superficie de la piel en la cara dorsal de
las manos. Tienen una porción central dilatada con la terminación nerviosa.
Son un tipo de receptor de
pequeño tamaño y poco abundantes (junto a los de Pacini suman unos 35.000
extendidos por todo el cuerpo). Se encuentran incluidos en el tejido
conjuntivo, además cumple como función de termo receptor al percibir el calor
como ya se mencionó.
Entre la epidermis y la dermis se
encuentran los diminutos corpúsculos de Meissner, parecen especializarse en las
partes no pilosas del cuerpo (las plantas de los pies, las puntas de los dedos,
el clítoris, el pene, los pezones, las palmas y la lengua). Las zonas erógenas
y otros puntos hipersensibles responden muy rápidamente a la más ligera
estimulación.
Los corpúsculos de Meissner son
un tipo de terminaciones nerviosas en la piel que son responsables de la
sensibilidad para el tacto ligero. En particular, tienen la mayor sensibilidad
(el umbral de respuesta más bajo) cuando reciben vibraciones de menos de 50
Hertz (ligeras). Son receptores rápidamente activos.
Los corpúsculos de Meissner son
terminaciones nerviosas no mielinizadas encapsuladas, que consisten de células
aplanadas de sostén dispuestas como láminas horizontales rodeadas por una
cápsula de tejido conectivo. Una única fibra nerviosa serpentea entre las láminas
y a través del corpúsculo.
Cualquier deformación física del
corpúsculo causará una acción de potencia potenciada en el nervio. Dado que son
de adaptación rápida o fásicos, los potenciales de acción generados decrecen
rápidamente y cesan eventualmente (ésta es la razón por la que se deja de
"sentir" la ropa que uno lleva puesta). Si el estímulo se elimina, el
corpúsculo recupera su forma y mientras eso ocurre (es decir se está deformando
físicamente) causa que se genere otra descarga de potenciales de acción.
Debido a su localización superficial en la
dermis, estos corpúsculos son particularmente sensibles al tacto y vibraciones,
pero por las mismas razones, se limitan en la detección solo a aquello que está
rozando la piel.
Las terminaciones nerviosas de
Merkel son receptores que se encuentran en la piel y mucosa. Dicha información
tiene que ver con la presión y la textura. Cada terminación consta de una
célula de Merkel en oposición cercana con una terminación nerviosa. En
ocasiones recibe el nombre de discos de Merkel. Una única fibra de un nervio
aferente se ramifica para inervar hasta 90 terminaciones parecidas. Se
clasifican como receptores de adaptación lenta.
Las terminaciones nerviosas de
Merkel tienen una amplia distribución. Pueden encontrarse en la piel con
vellos, en los folículos pilosos además de la mucosa oral y anal. En los humanos, las
células de Merkel (como los corpúsculos de Meissner) surgen en las capas de
piel superficiales, y se encuentran agrupadas debajo de la cresta de la punta
de los dedos que constituyen las huellas dactilares. En la piel con pelo, las
terminaciones nerviosas de Merkel se agrupan en estructuras epiteliales
especializadas denominadas "discos del pelo". Otros tipos de receptores,
como los corpúsculos de Pacini o los corpúsculos de Ruffini se encuentran
principalmente en el tejido subcutáneo.
Su estructura semi-rígida y el
hecho de que no están encapsuladas hacen que tengan una respuesta sostenida (en
forma de potenciales de acción o picos) a la desviación mecánica del tejido.
Son los más sensibles de los cuatro tipos principales de receptores a las
vibraciones de baja frecuencia, entre los 5 y los 15 Hz. (Presión sostenida de
la piel)
Debido a su respuesta sostenida a
la presión, las terminaciones nerviosas de Merkel se clasifican como de lenta
adaptación, en contraste con los corpúsculos de Pacini (receptores de rápida
adaptación que responden únicamente al inicio y final de la desviación
mecánica, y a las vibraciones de alta frecuencia).
Las terminaciones nerviosas de
Merkel son extraordinariamente sensibles al desplazamiento de tejidos, y pueden
responder ante desplazamientos de menos de 1 μm.
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