miércoles, 17 de octubre de 2012

Principios generales en un accidente



Un accidente es un suceso que ocurre sobre una persona “sana”  independiente de su voluntad  desencadenado por la acción súbita y rápida de una causa exterior.
 Se entiende por primeros auxilios a la atención inmediata y temporal dada a una víctima de accidente o situación de emergencia hasta recibir ayuda médica.

NORMAS GENERALES

  1. Mantenga la serenidad para dominar la situación y actuar con eficacia.
  2. Alejar a los curiosos evitando los comentarios innecesarios.
  3. Buscar colaboración de otra persona y ayuda médica.
  4. No abandonar a la víctima 
  1. Acostar a la víctima en posición horizontal. Sin levantarle la cabeza.
  2. Movilizarla sólo lo imprescindible.
  3. Observar detenidamente al accidentado para detectar lesiones no visibles y jerarquizarlas.
  4. Con la menor movilización posible exponer las zonas lesionadas (rasgue la ropa pero no trate de sacarla)
  5. Abrigar la víctima en caso necesario
  6. No dar líquidos de ninguna naturaleza.

JERARQUIA EN LA ATENCIÓN

Se debe atender aquellas lesiones que ponen en peligro la vida. En orden de jerarquía son:

  1. Paro respiratorio o dificultad de respiración grave.
  2. Paro cardíaco.
  3. Hemorragia
  4. Estado de shock.

CONTROL DE SIGNOS VITALES

domingo, 7 de octubre de 2012

Accidente



Los accidentes son sucesos que tienen lugar en un lapso muy breve. Desde la causa al efecto transcurren en la gran mayoría de los casos, muy pocos segundos; a veces, una fracción de segundo. 

Según la OMS, "un accidente es un suceso independiente de la voluntad, desencadenado por la acción súbita y rápida de una causa exterior" .

En la actualidad, los accidentes se han convertido en verdaderos estigmas para la salud pública a causa de las altísimas tasas de morbilidad y mortalidad que los caracterizan. En todo accidente deben tenerse en cuenta:


  • el huésped, que es la persona accidentada;  
  • el agente, que es la causa que produce el accidente
  • el ambiente, que es el lugar donde ocurre el accidente. 

La OMS ha dividido los tipos de accidentes en ocho grupos.
Accidentes de tránsito: provocados por automóviles, camiones, colectivos y motoci­cletas. Comprenden el 36% del total.
Accidentes causados por otros medios de transporte: como bicicletas, trenes, avio­nes, barcos, etc. Suman un 6,2%.
Caídas: de escaleras, desniveles, el porcentaje es de 22,1%.
Ahogamientos: por obstrucción de las vas respiratorias, inmersión en el agua. Repre­sentan un 8,6%.
Quemaduras por fuego: con gases inflamables, líquidos combustibles, sólidos, como papel, madera, etc. Comprenden el 4,5%. Envenenamientos: con sustancias tóxicas, como medicamentos, insecticidas, gases de combustión. El porcentaje trepa al 3,8%.
Heridas de bala: causadas por armas de fuego. Alcanzan el 1,3%. Otras causas: por instrumentos cortantes, artefactos eléctricos, etc. Representan aproximadamente el 17,5%.

Accidentes en el hogar
La mayoría de los accidentes ocurren en el sitio que parece más seguro: el hogar. En cada uno de los cuartos hay elementos peligrosos, siempre que no se tomen las precau­ciones necesarias para evitar riesgos.
A veces se observa, tanto en niños como en adolescentes y adultos, una predisposición a los accidentes. En algunos países del mundo existen grupos de ayuda en los cuales adolescentes y adultos se reúnen para escucharse y reducir este tipo de peligros.
Los accidentes hogareños más comunes son intoxicaciones, problemas con artefactos eléctricos, caídas, heridas y quemaduras.
Intoxicaciones. Se denomina intoxicación a la penetración en el organismo de sus­tancias tóxicas a través de diversas vías, como la digestiva, la respiratoria o la cutánea. Los tóxicos pueden clasificarse, de acuerdo con su origen, en; biológicos: por ejemplo, venenos inoculados por mordeduras de animales venenosos; sustancias químicas: alcohol, ácidos y álcalis; metales: mercurio, plomo, etcétera.
En el hogar, las intoxicaciones se producen, generalmente, por la ingestión de fósfo­ros, detergemos, limpiadores de horno y de vidrios, insecticidas, raticidas, fertilizantes para plantas, lavandina. alimentos en mal estado: por ingestión o inhalación de pinturas, aguarrás, querosén, adhesivos, perfumes.
Otra de las causas más comunes es la inhalación de gases que se desprenden de hor­nos, calefones, estufas, etc. Por ello, es importante controlar la correcta instalación de esos artefactos, cerrar las llaves de paso del gas cuando no se utilizan y tener ventilación adecuada en todos los ambientes del hogar.

Algunas medidas que permiten evitar este tipo de intoxicaciones son las siguientes:
  1. no automedicarse, ni siquiera con productos sugeridos como naturales
  2. no cambiar los envases originales;
  3. rotular todo envase en que no se distinga la indicación de su contenido;
  4. no decir a los niños que los medicamentos que toman son golosinas

Problemas con la electricidad. 
La corriente eléctrica accede a las viviendas a tra­vés de un circuito que tiene varias panes: medidor de energía eléctrica, fusibles y toma-corrientes o enchufe. 
Los desperfectos eléctricos pueden producirse en cualquier parte del circuito.
Algunas medidas de prevención de este tipo de problemas son:
  1. no utilizar artefactos eléctricos con cables pelados
  2. al cambiar una lamparita eléctrica, debe cortarse el suministro de electricidad
  3. no desconectar artefactos eléctricos tirando del cable
  4. proteger los tomacorrientes con lapas de seguridad;
  5. observar que todo artefacto eléctrico tenga descarga a tierra, especialmente.
  6. no utilizar secadores de cabello u otros artefactos similares sobre pisos mojados

Caídas. 
Estas han llegado a ser una de las causas más importantes de lesiones, tanto en el hogar como en el trabajo. Para evitarlas, es necesario tomar algunas precauciones:
  1. no dejar objetos tirados con los que alguien pueda tropezar
  2. iluminar las escaleras;
  3. colocar alfombras de plástico en las bañeras para no resbalarse-no encerar demasiado los pisos
  4. poner barandas sólidas en los balcones
  5. cerrar los cajones de escritorios y archivos una vez utilizados.

Heridas. 
Las heridas son lesiones o traumatismos de un tejido.
Las heridas punzantes son causadas por objetos puntiagudos, como clavos, agujas, etc. Su gravedad varía según el grado de profundidad: su "puerta de entrada" es pequeña y son difíciles de higienizar.
Las heridas cortantes son provocadas por objetos filosos, como los cuchillos, y las heridas contusas son causadas por objetos romos, que. generalmente, afectan a planos profundos de la piel. Éstas suelen ser bastante dolorosas, ya que se ven afectadas las ter­minaciones sensitivas de los nervios, y su gravedad reside en la extensión y profundidad, en los órganos que se hallen comprometidos v en el tipo de hemorrasgia que provoquen.


Quemaduras.
Son lesiones de tejidos, algunas superficiales, otras profundas pueden dejar secuelas funcionales y estéticas. Los agentes que producen quemaduras son de distinto tipo:
físicos: electricidad, radiaciones (radiación solar, rayos X. cobaltoteiapia. etc.). 
tempe­ratura (por baja temperatura. por ejemplo, en zonas de montaña, o por alta temperatura, por ejemplo, vapor de agua):
químicos: uso de ácidos, álcalis o agentes corrosivos;
biológicos: contado con aguas vivas (medusas), picaduras de insectos. 
Las lesiones producidas por quemaduras se clasifican teniendo en cuenta su extensión y su profundidad.
Extensión de la lesión: es el porcentaje de superficie corporal que se ha visto afectada. Para expresar la extensión de una quemadura, se recurre a la "regla de los nueve'": se divide el cuerpo en doce regiones, cada una de las cuales ocupa un 9% de la totalidad de la superficie corporal, con excepción de los genitales que ocupan un uno por ciento.
Profundidad de la lesión: la profundidad de una lesión depende del agente que la cause. Según su profundidad, las lesiones se clasifican en tres grados.


  • Quemaduras de primer grado: son las más superficiales, y se caracterizan por erite­ma y enrojecimiento de la piel. Por ejemplo las quemaduras provocadas por el sol.
  • Quemaduras de segundo grado: se caracterizan por la presencia de flictemas (ampo­llas) de tamaño variable, llenas de líquido (plasma sanguíneo). En estas quemaduras, se ha destruido la capa superficial de la piel y se ve afectada la capa basal. Siempre son curables.
  • Quemaduras de tercer grado: se ven comprometidas todas las capas de la piel (epi­dermis y dermis) y. en algunos casos, afectan la grasa, los músculos e. incluso, el hue­so. Se forman escaras, negras, amarillas, que no poseen sensibilidad y, alrededor de estas, los tejidos que han sido dañados provocan muchísimo dolor. El tratamiento para estas lesiones es el injerto de piel.

Por lo general, las quemaduras de tercer grado alteran la red vascular y. entonces, el cuerpo pierde líquido y sales hacia el espacio extravasen lar. La disminución del cau­dal circulatorio resultante se denomina hipovolemia. y la terapia consiste en incor­porar líquidos y sales.
La piel quemada es un campo propicio para el desarrollo de bacterias. Si hay infección, disminución de defensas y deterioro del estado general del paciente, puede producirse septisemia.



Enfermedades profesionales (Vídeo)


Heridas de la piel y primeros auxilios


Prevención de accidentes


Todos nos preocupamos por cuidar y mantener la salud, pero también nos interesamos  por nuestro aspecto exterior. En la actualidad la imagen ha pasado a ser un punto importante que cuidamos y dedicamos tiempo y dinero. Es frecuente que acudamos a centros de belleza y peluquería y exijamos dedicación de parte de otros a nuestro cuerpo. Sin embargo inadvertidamente el mejoramiento de nuestra imagen puede  implicar una serie de riesgos laborales que pueden perjudicar la  salud del trabajador de belleza.
Según un estudio realizado con trescientos profesionales de la peluquería -de los cuales el 93% son mujeres- ha revelado que casi las tres cuartas partes presentan problemas de piel  de tipo alérgico, de ellos el 58% fueron diagnosticados de dermatitis alérgica ocupacional (reacción inmunitaria a una sustancia química) y el 20% de dermatitis irritativa (por contacto), de lo que se deduce que un gran factor de riesgo laboral de este sector son los derivados por productos químicos.
Los trastornos músculo esqueléticos, afecciones pulmonares, alergias, dermatosis, trastornos de la reproducción, varices…, son algunas de las patologías más frecuentes que padecen estos profesionales.

ALGUNAS CAUSAS DE ACCIDENTES

A- OBJETOS CORTANTES Y PUNZANTES
Los cortes y pinchazos, heridas y abrasiones son las principales lesiones causadas pon las herramientas de trabajo cuando se realizan los cortes de barba, bigote, cabello...
Estas lesiones pueden ser producidas por la manipulación inadecuada de los distintos tipos de herramientas cortantes o punzantes (tijeras, tijeras con hojas dentadas, navajas, alicates, cortacutículas, peine de cuchilla…),
La razón de estas heridas pueden ocurrir por utilizar los utensilios mal afilados, por dar a las herramientas un uso para el que no han sido diseñadas y por dejar las herramientas punzantes y de corte en cualquier sitio, o en lugares que no son los correctos. Para prevenir este tipo de riesgo es importante seguir una serie de recomendaciones preventivas:
Todo el material, en especial instrumental punzante y de corte (tijeras, navaja, peine de cuchilla, cortauñas, alicates cortacutículas, empujadores de cutícula, cuchillas para callosidades, etc.) posee un uso adecuado de manipulación que el profesional deberá saber y haber practicado.
Se deberán seguir las instrucciones del fabricante en todo lo que respecta a la utilización, limpieza y mantenimiento del material.
Las partes cortantes y punzantes del material deberán ser protegidas correctamente en sus fundas después de cada uso.
Cada vez que se utiliza cualquier tipo de material deberá dejarse en su sitio.
Los mangos del material cortante deberá ser antideslizante.
No se empleará ningún material que se encuentre en mal uso ni que esté mal afilado.
Cuando se transporta las bolsas de basura, se procurará mantenerlas lo más alejada de los brazos y las piernas.
No se gesticulará o señalará con la herramienta.
Para entregar el material a otra persona se le dará por el mango.
El material cortante se lavará y secara siempre por los laterales, nunca por el filo.
Cuando se desinfecta/esteriliza el material deberá utilizarse los útiles destinados a tal fin, además de protegerse correctamente las manos con guantes.




B- LA ELECTRICIDAD
Al
realizar trabajos con equipos eléctricos -secadores, cepillos térmicos, tenacillas aparatos para higiene facial y para depilación, tornos para manicura y pedicura, aparataje de micropigmentación, láser, infrarrojos…- se corre  riesgos  de daños en la salud por descarga eléctrica al entrar en contacto directo con la tensión o algún elemento sometido a tensión (contacto indirecto), simplemente al enchufarlo o desenchufarlo de manera incorrecta, bien por la existencia de enchufes en mal estado, cables de la instalación o de aparatos en mal estado, conexiones mal realizadas, líquidos derramados en las inmediaciones de los cuadros eléctricos… Las lesiones que puede ocasionar serán proporcionales a la intensidad de la corriente que circule, el tiempo que esté expuesto y el trayecto que recorra por el cuerpo, y son: caídas, golpes, quemaduras internas o externas y diverso grado, tetanización muscular (movimiento incontrolado de los músculos), muerte por asfixia, paro respiratorio, paro cardiaco e incluso muerte por fibrilación ventricular.
Las principales medidas preventivas son:
Antes de empezar a trabajar es conveniente evaluar visualmente el estado general de la instalación y de los aparatos eléctricos.
La instalación debe contar con tomas de tierra y aislamiento de las partes activas.
No se deben conectar varios aparatos juntos al mismo toma-corriente, utilizando triples o “zapatillas”, pues la sobrecarga puede producir cortocircuitos.
No utilizar adaptadores y, en su lugar, instalar tomacorrientes y fichas de conexión normalizadas.
No utilizar alargadores.
Nunca realizar instalaciones caseras. La instalación eléctrica debe realizarla personal cualificado y deberá someterse a revisiones periódicas.
Para desconectar cualquier aparato o herramienta tirar del enchufe, nunca del cable.
Antes de cambiar alguna lámpara o elemento, desconectar el aparato y cortar la energía desde el cuadro eléctrico general.
Al observar una avería en cualquier aparato o anomalías (chispas, descargas eléctricas, olores extraños, calentamiento anormal, etc.) desconectar de la corriente y avisar al servicio técnico.
No utilizar nunca aparatos eléctricos con las manos mojadas o con el suelo húmedo.

C- OBJETOS QUEMANTES
Los contactos térmicos también pueden producir quemaduras por fricción, roce o golpe de alguna parte del cuerpo con cualquier objeto, aparato o producto que se encuentre bien a elevada o baja temperatura. Son más frecuentes las quemaduras producidas por altas temperaturas en ocasionadas por el manejo de aparatos que emiten calor (bien sea con o sin aire) como secadores fijos, secadores de mano, planchas para el cabello, cepillos térmicos, moldeadores, aparatos para la depilación, equipos de infrarrojos y rayos láser. También el manejo de ciertas sustancias calientes- ceras para la depilación, vapor para el cutis-, salpicaduras de sustancias calientes bien por error de manipulación o bien por rotura del envase, pueden causar quemaduras de distinto grado.
Como medidas preventivas a adoptar se  destacan las siguientes:
Manejar las sustancias calientes con especial atención y cuidado.
Se deberán seguir las instrucciones del fabricante del material.
El mango de cepillo térmico, tenacillas, planchas, secadores de mano…, deberán ser de material aislante térmico.
Utilizar ropa adecuada de trabajo y los equipos de protección individual (delantales, manoplas…) siempre que se trabaje con temperaturas extremas que pueden producir proyecciones o salpicaduras.
Desechar todos los utensilios y equipos que se encuentren en mal estado.
Una vez utilizados los equipos de trabajo y productos calientes, colocarlos en lugar aislado hasta que se enfríen para evitar que un compañero o cliente se pueda quemar.


D- EL FUEGO

El riesgo de incendio está presente en todos los lugares de trabajo, pero en especial en lugares como peluquerías donde es fácil su aparición y propagación debido al tipo de material y sustancias que podemos encontrar en ellas. Se puede producir un incendio por:
Manipulación incorrecta de productos inflamables (acetonas, aerosoles, lacas fijadoras…).
Instalación y aparatos eléctricos en malas condiciones o manipulados de manera incorrecta.
Instalación de gas próxima a materiales combustibles, calderas, calentadores…
La lesión más frecuente es intoxicación por humos tóxicos, pero también puede ocasionar quemaduras de diferente grado, ahogamiento por falta/deficiencia de oxígeno e incluso la muerte.

Entre las medidas preventivas, destacan:
Señalizar los medios de extinción de incendios, para que sean fácilmente localizados.
Formar e informar a los trabajadores sobre la actuación que se ha de llevar a cabo en caso de incendio, así como el correcto empleo de los extintores.
Mantener el orden y la limpieza en el local y en los almacenes.
Dotar al centro con los extintores necesarios y realizar las revisiones recomendadas.
Señalizar las salidas de emergencia.
No sobrecargar los equipos/herramientas eléctricas.
Las instalaciones eléctricas deberán disponer de medidas de protección contra cortacircuitos, así como diferenciales, toma de tierra.


E- SOBREESFUERZO
El trabajo en la peluquería precisa de unos grandes requerimientos físicos: permanecer de pie durante largos periodos de tiempo, lo que puede ocasionar patologías vasculares como varices, tumefacción y callosidades; en los trabajos de corte y peinado se realizan constantes flexiones y giros de muñeca así como alargamiento de brazos y trabajo por encima de los hombros, ocasionando tendinitis, síndrome del túnel carpiano, bursitis… En el lavado de las cabezas y corte por debajo de las orejas se realizan flexiones y giros continuos además de pinzamientos de nervios e incluso lesiones en los discos intervertebrales. Todos esos movimientos pueden dar origen a un gran número de lesiones musculoesqueléticas.
Entre las medidas de prevención a llevar a cabo se destaca la utilización de sillas regulables, banquetas que permitan alternar entre la posición sentada y de pie, herramientas ergonómicas con mangos flexibles, almacenamiento accesible de los materiales y organizar la tarea de manera que permita variar de tarea a lo largo de la jornada laboral.


F- SUSTANCIAS QUÍMICAS
Son muchos los productos químicos utilizados en los trabajos de peluquería. Los podemos encontrar en los distintos productos para el cuidado de las uñas (esmaltes, endurecedores…), en los tintes, decolorantes, mezclas para el moldeado permanente, productos para el lavado, para el alisado del cabello, champús, acondicionadores… Los colorantes orgánicos sintéticos y colorantes metálicos empleados para teñir el cabello pueden producir sensibilización alérgica, dermatitis, irritación en ojos, garganta, nariz; los acondicionadores y champús pueden producir irritación de vías aéreas superiores; sustancias como el agua oxigenada alcohol, derivados de sodio y amoniaco, formaldehído…, pueden provocar alteración del sistema nervioso, problemas pulmonares, dermatitis y alergia. Las soluciones decolorantes suelen contener agua oxigenada, peróxido de sodio, hidróxido de amonio, persulfato de amonio…, todos ellos productos químicos que pueden irritar la piel, ojos, nariz, garganta y pulmones.

Los productos para el cuidado y tratamiento de las uñas tienen distintos compuestos químicos. Entre los más frecuentes están: acetona, etilmetacrilato, acrilatos, metiletilcetona, etilacetato, lanolina, dimetil-p-toluidina, xileno, tolueno, glicol…, todas ellas sustancias que pueden producir irritación de la piel, nariz, ojos, garganta y pulmones, así como distintas afectaciones al sistema nervioso central. Incluso hay productos que entre su composición se encuentra el formaldehído, el cual se asocia a algunos tipos de alergias y con el cáncer de pulmón (cuando su uso es prolongado).
Después de terminar, es frecuente que se aplique sobre el pelo laca para fijar durante más tiempo el peinado, pero ello también puede dañar la salud de estos profesionales ya que las lacas y aerosoles suelen contener polivinilpirrolidona y otros disolventes que están asociados a diferentes enfermedades pulmonares.
Estudios realizados alertan sobre los riesgos que producen ciertas sustancias como el etanol y la acetona sobre la reproducción, y el riesgo que sufren el personal femenino que manipula estas sustancias de tener hijos con bajo peso al nacer, e incluso malformaciones congénitas.
Otra de las enfermedades más frecuentes y recurrentes en el sector de la peluquería, donde mayor número de incidencia se registra, es la dermatosis por contacto profesional en mujeres. La dermatitis de contacto irritativa (DCI) es una reacción inflamatoria no inmunológica de la piel después de la exposición a un agente externo irritante. El irritante deteriora la piel por acción directa a través de mecanismos no inmunológicos, siendo las circunstancias mecánicas, térmicas y climáticas principales factores importantes desencadenantes. Son muchos los productos manipulados (jabones, champús, líquidos de permanente, tintes, etc.) con capacidad irritante, y pueden ocasionar, sobre todo en las aprendices, dermatitis irritativas.
Las dermatosis profesionales incluyen toda afección de la piel, mucosas o anexos directa o indirectamente causada, condicionada, mantenida o agravada por todo aquello que sea utilizado en la actividad profesional o exista en el ambiente de trabajo. La mayoría de las dermatitis irritativas laborales afectan a las manos, por lo que las enfermedades cutáneas relacionadas con el trabajo son generalmente diagnosticadas como eccema/dermatitis de las manos.
Las sustancias irritantes son principalmente productos químicos. La irritación producida por estas sustancias depende de las características fisicoquímicas de esta (tamaño de la molécula, ionización, polarización, solubilidad, volatilidad, pH), de las condiciones de la exposición (concentración, volumen, tiempo de aplicación) y de los factores ambientales (temperatura, humedad, oclusión, roce, traumatismos). Algunos factores endógenos, como las diferencias entre las zonas anatómicas, la edad, la raza, el sexo o la existencia de enfermedades previas, también se relacionan con la mayor o menor propensión a padecer DCI. En las zonas en las que la piel es más fina existe más reactividad que otras donde la piel es más gruesa, siendo las mujeres más propensas a padecer DCI que los varones, no porque exista una diferente susceptibilidad constitucional, sino simplemente porque se exponen más a los irritantes y la humedad por su actividad laboral. Generalmente, un tiempo de exposición prolongado y un volumen elevado del irritante producen una respuesta aguda.

El mundo de la peluquería es un sector mayoritariamente formado por mujeres, mujeres que por su condición podrán en algún momento estar embarazadas. Unas condiciones inseguras en el trabajo de una mujer embarazada pueden resultar perjudiciales para la salud de la propia trabajadora y para su propio hijo. Por tal motivo deberán conocerse todos los factores de riesgo que puedan suponer una inseguridad para estas mujeres y las medidas de prevención existentes.

Lumbalgia



La lumbalgia o lumbago es un término para el dolor de espalda baja, en la zona lumbar, causado por un síndrome músculo-esquelético, es decir, trastornos relacionados con las vértebras lumbares y las estructuras de los tejidos blandos como músculos, ligamentos, nervios y discos intervertebrales.
Es importante un buen diagnóstico, descartando infección, cáncer, osteoporosis o lesiones que requieran cirugía, antes de comenzar el tratamiento para la lumbalgia inespecífica.

Se origina por distintas causas y formas, siendo las más comunes el estrés, el sobreesfuerzo físico y las malas posturas.
En el caso de las mujeres, se puede desencadenar o agravar con el ciclo menstrual.

Clasificación por su duración

  1. Aguda: si dura menos de 4 semanas.
  2. Subaguda: entre 1 y 3 meses.
  3. Crónica: si dura más de 12 semanas.

Prevención

La mejor prevención es evitar los movimientos bruscos, adoptar buenas posturas, calentar antes de hacer ejercicio, evitar el sobrepeso y la obesidad. Básicamente hay que tener en cuenta:
Normas de higiene postural y ergonomía
Ejercicio y actividad física

Higiene de columna


Muchas lumbalgias son causadas por posturas inadecuadas y sobreesfuerzos en el trabajo, las actividades domésticas y los deportes. Se debe tener especial cuidado al mover o levantar pesos y en general a las inclinaciones forzadas de espaldas que deben evitarse a toda costa.
La mejor prevención es evitar los movimientos bruscos, adoptar buenas posturas, calentar antes de hacer ejercicio, evitar el sobrepeso y la obesidad.

Levantar  un objeto
En la postura para el movimiento o levantamiento de pesos debe evitarse la posición en la que se inclina la espalda y se debe adoptar la siguiente posición:
1 - Bajar el cuerpo para poder coger el peso: doblar las rodillas con la espalda recta con el objeto de que la fuerza se haga con las piernas y no con la espalda. Nunca se deben tener las piernas rectas.
2 - Agarrar el peso: el peso a levantar debe colocarse pegando al cuerpo (tronco).
3 - Levantar el peso: estirar las piernas (que estaban flexionadas) manteniendo la espalda recta con el peso pegado al cuerpo.


Dejar un objeto
1 - Si el lugar a dejar el peso está a la misma altura que el tronco: dejar el peso sin separarlo del tronco.
2 - Si el lugar a dejar el peso está a una altura inferior al tronco: bajar el tronco doblando las piernas por las rodillas y manteniendo la espalda recta.
3 - Si el lugar a dejar el peso está a una altura superior al tronco: utilizar una escalera y subir por ella, con la espalda recta, hasta que la altura del tronco alcance el lugar donde dejar el peso.
4- No dejar nunca el peso a una altura superior a la que se encuentre pegado al tronco ya que obligaría a forzar la espalda.


Ejercicio y actividad física
El ejercicio físico y la actividad física de manera regular disminuye el riesgo de padecer lumbalgia. El sedentarismo aumenta el riesgo de padecer dolor de espalda y el reposo en cama el riesgo de que este dolor se prolongue por más tiempo y reaparezca más fácilmente.
La práctica continua y no intensiva de deportes (se recomienda la natación) se considera útil siempre y cuando no esté contraindicada por el médico -especialmente en quienes padecen o han padecido lumbalgia-.
El ejercicio físico está contraindicado durante la crisis aguda de dolor pero no ocurre así en el dolor crónico ya que mejora la incapacidad y el grado de movilidad y autonomía del paciente.
Los ejercicios para prevenir la lumbalgia suelen incluir aquellos que movilizan abdominales, dorsolumbares, cérvico-dorsales, glúteos y cuádriceps; estiramientos dorsolumbares, etc.