miércoles, 17 de octubre de 2012

Principios generales en un accidente



Un accidente es un suceso que ocurre sobre una persona “sana”  independiente de su voluntad  desencadenado por la acción súbita y rápida de una causa exterior.
 Se entiende por primeros auxilios a la atención inmediata y temporal dada a una víctima de accidente o situación de emergencia hasta recibir ayuda médica.

NORMAS GENERALES

  1. Mantenga la serenidad para dominar la situación y actuar con eficacia.
  2. Alejar a los curiosos evitando los comentarios innecesarios.
  3. Buscar colaboración de otra persona y ayuda médica.
  4. No abandonar a la víctima 
  1. Acostar a la víctima en posición horizontal. Sin levantarle la cabeza.
  2. Movilizarla sólo lo imprescindible.
  3. Observar detenidamente al accidentado para detectar lesiones no visibles y jerarquizarlas.
  4. Con la menor movilización posible exponer las zonas lesionadas (rasgue la ropa pero no trate de sacarla)
  5. Abrigar la víctima en caso necesario
  6. No dar líquidos de ninguna naturaleza.

JERARQUIA EN LA ATENCIÓN

Se debe atender aquellas lesiones que ponen en peligro la vida. En orden de jerarquía son:

  1. Paro respiratorio o dificultad de respiración grave.
  2. Paro cardíaco.
  3. Hemorragia
  4. Estado de shock.

CONTROL DE SIGNOS VITALES

domingo, 7 de octubre de 2012

Accidente



Los accidentes son sucesos que tienen lugar en un lapso muy breve. Desde la causa al efecto transcurren en la gran mayoría de los casos, muy pocos segundos; a veces, una fracción de segundo. 

Según la OMS, "un accidente es un suceso independiente de la voluntad, desencadenado por la acción súbita y rápida de una causa exterior" .

En la actualidad, los accidentes se han convertido en verdaderos estigmas para la salud pública a causa de las altísimas tasas de morbilidad y mortalidad que los caracterizan. En todo accidente deben tenerse en cuenta:


  • el huésped, que es la persona accidentada;  
  • el agente, que es la causa que produce el accidente
  • el ambiente, que es el lugar donde ocurre el accidente. 

La OMS ha dividido los tipos de accidentes en ocho grupos.
Accidentes de tránsito: provocados por automóviles, camiones, colectivos y motoci­cletas. Comprenden el 36% del total.
Accidentes causados por otros medios de transporte: como bicicletas, trenes, avio­nes, barcos, etc. Suman un 6,2%.
Caídas: de escaleras, desniveles, el porcentaje es de 22,1%.
Ahogamientos: por obstrucción de las vas respiratorias, inmersión en el agua. Repre­sentan un 8,6%.
Quemaduras por fuego: con gases inflamables, líquidos combustibles, sólidos, como papel, madera, etc. Comprenden el 4,5%. Envenenamientos: con sustancias tóxicas, como medicamentos, insecticidas, gases de combustión. El porcentaje trepa al 3,8%.
Heridas de bala: causadas por armas de fuego. Alcanzan el 1,3%. Otras causas: por instrumentos cortantes, artefactos eléctricos, etc. Representan aproximadamente el 17,5%.

Accidentes en el hogar
La mayoría de los accidentes ocurren en el sitio que parece más seguro: el hogar. En cada uno de los cuartos hay elementos peligrosos, siempre que no se tomen las precau­ciones necesarias para evitar riesgos.
A veces se observa, tanto en niños como en adolescentes y adultos, una predisposición a los accidentes. En algunos países del mundo existen grupos de ayuda en los cuales adolescentes y adultos se reúnen para escucharse y reducir este tipo de peligros.
Los accidentes hogareños más comunes son intoxicaciones, problemas con artefactos eléctricos, caídas, heridas y quemaduras.
Intoxicaciones. Se denomina intoxicación a la penetración en el organismo de sus­tancias tóxicas a través de diversas vías, como la digestiva, la respiratoria o la cutánea. Los tóxicos pueden clasificarse, de acuerdo con su origen, en; biológicos: por ejemplo, venenos inoculados por mordeduras de animales venenosos; sustancias químicas: alcohol, ácidos y álcalis; metales: mercurio, plomo, etcétera.
En el hogar, las intoxicaciones se producen, generalmente, por la ingestión de fósfo­ros, detergemos, limpiadores de horno y de vidrios, insecticidas, raticidas, fertilizantes para plantas, lavandina. alimentos en mal estado: por ingestión o inhalación de pinturas, aguarrás, querosén, adhesivos, perfumes.
Otra de las causas más comunes es la inhalación de gases que se desprenden de hor­nos, calefones, estufas, etc. Por ello, es importante controlar la correcta instalación de esos artefactos, cerrar las llaves de paso del gas cuando no se utilizan y tener ventilación adecuada en todos los ambientes del hogar.

Algunas medidas que permiten evitar este tipo de intoxicaciones son las siguientes:
  1. no automedicarse, ni siquiera con productos sugeridos como naturales
  2. no cambiar los envases originales;
  3. rotular todo envase en que no se distinga la indicación de su contenido;
  4. no decir a los niños que los medicamentos que toman son golosinas

Problemas con la electricidad. 
La corriente eléctrica accede a las viviendas a tra­vés de un circuito que tiene varias panes: medidor de energía eléctrica, fusibles y toma-corrientes o enchufe. 
Los desperfectos eléctricos pueden producirse en cualquier parte del circuito.
Algunas medidas de prevención de este tipo de problemas son:
  1. no utilizar artefactos eléctricos con cables pelados
  2. al cambiar una lamparita eléctrica, debe cortarse el suministro de electricidad
  3. no desconectar artefactos eléctricos tirando del cable
  4. proteger los tomacorrientes con lapas de seguridad;
  5. observar que todo artefacto eléctrico tenga descarga a tierra, especialmente.
  6. no utilizar secadores de cabello u otros artefactos similares sobre pisos mojados

Caídas. 
Estas han llegado a ser una de las causas más importantes de lesiones, tanto en el hogar como en el trabajo. Para evitarlas, es necesario tomar algunas precauciones:
  1. no dejar objetos tirados con los que alguien pueda tropezar
  2. iluminar las escaleras;
  3. colocar alfombras de plástico en las bañeras para no resbalarse-no encerar demasiado los pisos
  4. poner barandas sólidas en los balcones
  5. cerrar los cajones de escritorios y archivos una vez utilizados.

Heridas. 
Las heridas son lesiones o traumatismos de un tejido.
Las heridas punzantes son causadas por objetos puntiagudos, como clavos, agujas, etc. Su gravedad varía según el grado de profundidad: su "puerta de entrada" es pequeña y son difíciles de higienizar.
Las heridas cortantes son provocadas por objetos filosos, como los cuchillos, y las heridas contusas son causadas por objetos romos, que. generalmente, afectan a planos profundos de la piel. Éstas suelen ser bastante dolorosas, ya que se ven afectadas las ter­minaciones sensitivas de los nervios, y su gravedad reside en la extensión y profundidad, en los órganos que se hallen comprometidos v en el tipo de hemorrasgia que provoquen.


Quemaduras.
Son lesiones de tejidos, algunas superficiales, otras profundas pueden dejar secuelas funcionales y estéticas. Los agentes que producen quemaduras son de distinto tipo:
físicos: electricidad, radiaciones (radiación solar, rayos X. cobaltoteiapia. etc.). 
tempe­ratura (por baja temperatura. por ejemplo, en zonas de montaña, o por alta temperatura, por ejemplo, vapor de agua):
químicos: uso de ácidos, álcalis o agentes corrosivos;
biológicos: contado con aguas vivas (medusas), picaduras de insectos. 
Las lesiones producidas por quemaduras se clasifican teniendo en cuenta su extensión y su profundidad.
Extensión de la lesión: es el porcentaje de superficie corporal que se ha visto afectada. Para expresar la extensión de una quemadura, se recurre a la "regla de los nueve'": se divide el cuerpo en doce regiones, cada una de las cuales ocupa un 9% de la totalidad de la superficie corporal, con excepción de los genitales que ocupan un uno por ciento.
Profundidad de la lesión: la profundidad de una lesión depende del agente que la cause. Según su profundidad, las lesiones se clasifican en tres grados.


  • Quemaduras de primer grado: son las más superficiales, y se caracterizan por erite­ma y enrojecimiento de la piel. Por ejemplo las quemaduras provocadas por el sol.
  • Quemaduras de segundo grado: se caracterizan por la presencia de flictemas (ampo­llas) de tamaño variable, llenas de líquido (plasma sanguíneo). En estas quemaduras, se ha destruido la capa superficial de la piel y se ve afectada la capa basal. Siempre son curables.
  • Quemaduras de tercer grado: se ven comprometidas todas las capas de la piel (epi­dermis y dermis) y. en algunos casos, afectan la grasa, los músculos e. incluso, el hue­so. Se forman escaras, negras, amarillas, que no poseen sensibilidad y, alrededor de estas, los tejidos que han sido dañados provocan muchísimo dolor. El tratamiento para estas lesiones es el injerto de piel.

Por lo general, las quemaduras de tercer grado alteran la red vascular y. entonces, el cuerpo pierde líquido y sales hacia el espacio extravasen lar. La disminución del cau­dal circulatorio resultante se denomina hipovolemia. y la terapia consiste en incor­porar líquidos y sales.
La piel quemada es un campo propicio para el desarrollo de bacterias. Si hay infección, disminución de defensas y deterioro del estado general del paciente, puede producirse septisemia.



Enfermedades profesionales (Vídeo)


Heridas de la piel y primeros auxilios


Prevención de accidentes


Todos nos preocupamos por cuidar y mantener la salud, pero también nos interesamos  por nuestro aspecto exterior. En la actualidad la imagen ha pasado a ser un punto importante que cuidamos y dedicamos tiempo y dinero. Es frecuente que acudamos a centros de belleza y peluquería y exijamos dedicación de parte de otros a nuestro cuerpo. Sin embargo inadvertidamente el mejoramiento de nuestra imagen puede  implicar una serie de riesgos laborales que pueden perjudicar la  salud del trabajador de belleza.
Según un estudio realizado con trescientos profesionales de la peluquería -de los cuales el 93% son mujeres- ha revelado que casi las tres cuartas partes presentan problemas de piel  de tipo alérgico, de ellos el 58% fueron diagnosticados de dermatitis alérgica ocupacional (reacción inmunitaria a una sustancia química) y el 20% de dermatitis irritativa (por contacto), de lo que se deduce que un gran factor de riesgo laboral de este sector son los derivados por productos químicos.
Los trastornos músculo esqueléticos, afecciones pulmonares, alergias, dermatosis, trastornos de la reproducción, varices…, son algunas de las patologías más frecuentes que padecen estos profesionales.

ALGUNAS CAUSAS DE ACCIDENTES

A- OBJETOS CORTANTES Y PUNZANTES
Los cortes y pinchazos, heridas y abrasiones son las principales lesiones causadas pon las herramientas de trabajo cuando se realizan los cortes de barba, bigote, cabello...
Estas lesiones pueden ser producidas por la manipulación inadecuada de los distintos tipos de herramientas cortantes o punzantes (tijeras, tijeras con hojas dentadas, navajas, alicates, cortacutículas, peine de cuchilla…),
La razón de estas heridas pueden ocurrir por utilizar los utensilios mal afilados, por dar a las herramientas un uso para el que no han sido diseñadas y por dejar las herramientas punzantes y de corte en cualquier sitio, o en lugares que no son los correctos. Para prevenir este tipo de riesgo es importante seguir una serie de recomendaciones preventivas:
Todo el material, en especial instrumental punzante y de corte (tijeras, navaja, peine de cuchilla, cortauñas, alicates cortacutículas, empujadores de cutícula, cuchillas para callosidades, etc.) posee un uso adecuado de manipulación que el profesional deberá saber y haber practicado.
Se deberán seguir las instrucciones del fabricante en todo lo que respecta a la utilización, limpieza y mantenimiento del material.
Las partes cortantes y punzantes del material deberán ser protegidas correctamente en sus fundas después de cada uso.
Cada vez que se utiliza cualquier tipo de material deberá dejarse en su sitio.
Los mangos del material cortante deberá ser antideslizante.
No se empleará ningún material que se encuentre en mal uso ni que esté mal afilado.
Cuando se transporta las bolsas de basura, se procurará mantenerlas lo más alejada de los brazos y las piernas.
No se gesticulará o señalará con la herramienta.
Para entregar el material a otra persona se le dará por el mango.
El material cortante se lavará y secara siempre por los laterales, nunca por el filo.
Cuando se desinfecta/esteriliza el material deberá utilizarse los útiles destinados a tal fin, además de protegerse correctamente las manos con guantes.




B- LA ELECTRICIDAD
Al
realizar trabajos con equipos eléctricos -secadores, cepillos térmicos, tenacillas aparatos para higiene facial y para depilación, tornos para manicura y pedicura, aparataje de micropigmentación, láser, infrarrojos…- se corre  riesgos  de daños en la salud por descarga eléctrica al entrar en contacto directo con la tensión o algún elemento sometido a tensión (contacto indirecto), simplemente al enchufarlo o desenchufarlo de manera incorrecta, bien por la existencia de enchufes en mal estado, cables de la instalación o de aparatos en mal estado, conexiones mal realizadas, líquidos derramados en las inmediaciones de los cuadros eléctricos… Las lesiones que puede ocasionar serán proporcionales a la intensidad de la corriente que circule, el tiempo que esté expuesto y el trayecto que recorra por el cuerpo, y son: caídas, golpes, quemaduras internas o externas y diverso grado, tetanización muscular (movimiento incontrolado de los músculos), muerte por asfixia, paro respiratorio, paro cardiaco e incluso muerte por fibrilación ventricular.
Las principales medidas preventivas son:
Antes de empezar a trabajar es conveniente evaluar visualmente el estado general de la instalación y de los aparatos eléctricos.
La instalación debe contar con tomas de tierra y aislamiento de las partes activas.
No se deben conectar varios aparatos juntos al mismo toma-corriente, utilizando triples o “zapatillas”, pues la sobrecarga puede producir cortocircuitos.
No utilizar adaptadores y, en su lugar, instalar tomacorrientes y fichas de conexión normalizadas.
No utilizar alargadores.
Nunca realizar instalaciones caseras. La instalación eléctrica debe realizarla personal cualificado y deberá someterse a revisiones periódicas.
Para desconectar cualquier aparato o herramienta tirar del enchufe, nunca del cable.
Antes de cambiar alguna lámpara o elemento, desconectar el aparato y cortar la energía desde el cuadro eléctrico general.
Al observar una avería en cualquier aparato o anomalías (chispas, descargas eléctricas, olores extraños, calentamiento anormal, etc.) desconectar de la corriente y avisar al servicio técnico.
No utilizar nunca aparatos eléctricos con las manos mojadas o con el suelo húmedo.

C- OBJETOS QUEMANTES
Los contactos térmicos también pueden producir quemaduras por fricción, roce o golpe de alguna parte del cuerpo con cualquier objeto, aparato o producto que se encuentre bien a elevada o baja temperatura. Son más frecuentes las quemaduras producidas por altas temperaturas en ocasionadas por el manejo de aparatos que emiten calor (bien sea con o sin aire) como secadores fijos, secadores de mano, planchas para el cabello, cepillos térmicos, moldeadores, aparatos para la depilación, equipos de infrarrojos y rayos láser. También el manejo de ciertas sustancias calientes- ceras para la depilación, vapor para el cutis-, salpicaduras de sustancias calientes bien por error de manipulación o bien por rotura del envase, pueden causar quemaduras de distinto grado.
Como medidas preventivas a adoptar se  destacan las siguientes:
Manejar las sustancias calientes con especial atención y cuidado.
Se deberán seguir las instrucciones del fabricante del material.
El mango de cepillo térmico, tenacillas, planchas, secadores de mano…, deberán ser de material aislante térmico.
Utilizar ropa adecuada de trabajo y los equipos de protección individual (delantales, manoplas…) siempre que se trabaje con temperaturas extremas que pueden producir proyecciones o salpicaduras.
Desechar todos los utensilios y equipos que se encuentren en mal estado.
Una vez utilizados los equipos de trabajo y productos calientes, colocarlos en lugar aislado hasta que se enfríen para evitar que un compañero o cliente se pueda quemar.


D- EL FUEGO

El riesgo de incendio está presente en todos los lugares de trabajo, pero en especial en lugares como peluquerías donde es fácil su aparición y propagación debido al tipo de material y sustancias que podemos encontrar en ellas. Se puede producir un incendio por:
Manipulación incorrecta de productos inflamables (acetonas, aerosoles, lacas fijadoras…).
Instalación y aparatos eléctricos en malas condiciones o manipulados de manera incorrecta.
Instalación de gas próxima a materiales combustibles, calderas, calentadores…
La lesión más frecuente es intoxicación por humos tóxicos, pero también puede ocasionar quemaduras de diferente grado, ahogamiento por falta/deficiencia de oxígeno e incluso la muerte.

Entre las medidas preventivas, destacan:
Señalizar los medios de extinción de incendios, para que sean fácilmente localizados.
Formar e informar a los trabajadores sobre la actuación que se ha de llevar a cabo en caso de incendio, así como el correcto empleo de los extintores.
Mantener el orden y la limpieza en el local y en los almacenes.
Dotar al centro con los extintores necesarios y realizar las revisiones recomendadas.
Señalizar las salidas de emergencia.
No sobrecargar los equipos/herramientas eléctricas.
Las instalaciones eléctricas deberán disponer de medidas de protección contra cortacircuitos, así como diferenciales, toma de tierra.


E- SOBREESFUERZO
El trabajo en la peluquería precisa de unos grandes requerimientos físicos: permanecer de pie durante largos periodos de tiempo, lo que puede ocasionar patologías vasculares como varices, tumefacción y callosidades; en los trabajos de corte y peinado se realizan constantes flexiones y giros de muñeca así como alargamiento de brazos y trabajo por encima de los hombros, ocasionando tendinitis, síndrome del túnel carpiano, bursitis… En el lavado de las cabezas y corte por debajo de las orejas se realizan flexiones y giros continuos además de pinzamientos de nervios e incluso lesiones en los discos intervertebrales. Todos esos movimientos pueden dar origen a un gran número de lesiones musculoesqueléticas.
Entre las medidas de prevención a llevar a cabo se destaca la utilización de sillas regulables, banquetas que permitan alternar entre la posición sentada y de pie, herramientas ergonómicas con mangos flexibles, almacenamiento accesible de los materiales y organizar la tarea de manera que permita variar de tarea a lo largo de la jornada laboral.


F- SUSTANCIAS QUÍMICAS
Son muchos los productos químicos utilizados en los trabajos de peluquería. Los podemos encontrar en los distintos productos para el cuidado de las uñas (esmaltes, endurecedores…), en los tintes, decolorantes, mezclas para el moldeado permanente, productos para el lavado, para el alisado del cabello, champús, acondicionadores… Los colorantes orgánicos sintéticos y colorantes metálicos empleados para teñir el cabello pueden producir sensibilización alérgica, dermatitis, irritación en ojos, garganta, nariz; los acondicionadores y champús pueden producir irritación de vías aéreas superiores; sustancias como el agua oxigenada alcohol, derivados de sodio y amoniaco, formaldehído…, pueden provocar alteración del sistema nervioso, problemas pulmonares, dermatitis y alergia. Las soluciones decolorantes suelen contener agua oxigenada, peróxido de sodio, hidróxido de amonio, persulfato de amonio…, todos ellos productos químicos que pueden irritar la piel, ojos, nariz, garganta y pulmones.

Los productos para el cuidado y tratamiento de las uñas tienen distintos compuestos químicos. Entre los más frecuentes están: acetona, etilmetacrilato, acrilatos, metiletilcetona, etilacetato, lanolina, dimetil-p-toluidina, xileno, tolueno, glicol…, todas ellas sustancias que pueden producir irritación de la piel, nariz, ojos, garganta y pulmones, así como distintas afectaciones al sistema nervioso central. Incluso hay productos que entre su composición se encuentra el formaldehído, el cual se asocia a algunos tipos de alergias y con el cáncer de pulmón (cuando su uso es prolongado).
Después de terminar, es frecuente que se aplique sobre el pelo laca para fijar durante más tiempo el peinado, pero ello también puede dañar la salud de estos profesionales ya que las lacas y aerosoles suelen contener polivinilpirrolidona y otros disolventes que están asociados a diferentes enfermedades pulmonares.
Estudios realizados alertan sobre los riesgos que producen ciertas sustancias como el etanol y la acetona sobre la reproducción, y el riesgo que sufren el personal femenino que manipula estas sustancias de tener hijos con bajo peso al nacer, e incluso malformaciones congénitas.
Otra de las enfermedades más frecuentes y recurrentes en el sector de la peluquería, donde mayor número de incidencia se registra, es la dermatosis por contacto profesional en mujeres. La dermatitis de contacto irritativa (DCI) es una reacción inflamatoria no inmunológica de la piel después de la exposición a un agente externo irritante. El irritante deteriora la piel por acción directa a través de mecanismos no inmunológicos, siendo las circunstancias mecánicas, térmicas y climáticas principales factores importantes desencadenantes. Son muchos los productos manipulados (jabones, champús, líquidos de permanente, tintes, etc.) con capacidad irritante, y pueden ocasionar, sobre todo en las aprendices, dermatitis irritativas.
Las dermatosis profesionales incluyen toda afección de la piel, mucosas o anexos directa o indirectamente causada, condicionada, mantenida o agravada por todo aquello que sea utilizado en la actividad profesional o exista en el ambiente de trabajo. La mayoría de las dermatitis irritativas laborales afectan a las manos, por lo que las enfermedades cutáneas relacionadas con el trabajo son generalmente diagnosticadas como eccema/dermatitis de las manos.
Las sustancias irritantes son principalmente productos químicos. La irritación producida por estas sustancias depende de las características fisicoquímicas de esta (tamaño de la molécula, ionización, polarización, solubilidad, volatilidad, pH), de las condiciones de la exposición (concentración, volumen, tiempo de aplicación) y de los factores ambientales (temperatura, humedad, oclusión, roce, traumatismos). Algunos factores endógenos, como las diferencias entre las zonas anatómicas, la edad, la raza, el sexo o la existencia de enfermedades previas, también se relacionan con la mayor o menor propensión a padecer DCI. En las zonas en las que la piel es más fina existe más reactividad que otras donde la piel es más gruesa, siendo las mujeres más propensas a padecer DCI que los varones, no porque exista una diferente susceptibilidad constitucional, sino simplemente porque se exponen más a los irritantes y la humedad por su actividad laboral. Generalmente, un tiempo de exposición prolongado y un volumen elevado del irritante producen una respuesta aguda.

El mundo de la peluquería es un sector mayoritariamente formado por mujeres, mujeres que por su condición podrán en algún momento estar embarazadas. Unas condiciones inseguras en el trabajo de una mujer embarazada pueden resultar perjudiciales para la salud de la propia trabajadora y para su propio hijo. Por tal motivo deberán conocerse todos los factores de riesgo que puedan suponer una inseguridad para estas mujeres y las medidas de prevención existentes.

Lumbalgia



La lumbalgia o lumbago es un término para el dolor de espalda baja, en la zona lumbar, causado por un síndrome músculo-esquelético, es decir, trastornos relacionados con las vértebras lumbares y las estructuras de los tejidos blandos como músculos, ligamentos, nervios y discos intervertebrales.
Es importante un buen diagnóstico, descartando infección, cáncer, osteoporosis o lesiones que requieran cirugía, antes de comenzar el tratamiento para la lumbalgia inespecífica.

Se origina por distintas causas y formas, siendo las más comunes el estrés, el sobreesfuerzo físico y las malas posturas.
En el caso de las mujeres, se puede desencadenar o agravar con el ciclo menstrual.

Clasificación por su duración

  1. Aguda: si dura menos de 4 semanas.
  2. Subaguda: entre 1 y 3 meses.
  3. Crónica: si dura más de 12 semanas.

Prevención

La mejor prevención es evitar los movimientos bruscos, adoptar buenas posturas, calentar antes de hacer ejercicio, evitar el sobrepeso y la obesidad. Básicamente hay que tener en cuenta:
Normas de higiene postural y ergonomía
Ejercicio y actividad física

Higiene de columna


Muchas lumbalgias son causadas por posturas inadecuadas y sobreesfuerzos en el trabajo, las actividades domésticas y los deportes. Se debe tener especial cuidado al mover o levantar pesos y en general a las inclinaciones forzadas de espaldas que deben evitarse a toda costa.
La mejor prevención es evitar los movimientos bruscos, adoptar buenas posturas, calentar antes de hacer ejercicio, evitar el sobrepeso y la obesidad.

Levantar  un objeto
En la postura para el movimiento o levantamiento de pesos debe evitarse la posición en la que se inclina la espalda y se debe adoptar la siguiente posición:
1 - Bajar el cuerpo para poder coger el peso: doblar las rodillas con la espalda recta con el objeto de que la fuerza se haga con las piernas y no con la espalda. Nunca se deben tener las piernas rectas.
2 - Agarrar el peso: el peso a levantar debe colocarse pegando al cuerpo (tronco).
3 - Levantar el peso: estirar las piernas (que estaban flexionadas) manteniendo la espalda recta con el peso pegado al cuerpo.


Dejar un objeto
1 - Si el lugar a dejar el peso está a la misma altura que el tronco: dejar el peso sin separarlo del tronco.
2 - Si el lugar a dejar el peso está a una altura inferior al tronco: bajar el tronco doblando las piernas por las rodillas y manteniendo la espalda recta.
3 - Si el lugar a dejar el peso está a una altura superior al tronco: utilizar una escalera y subir por ella, con la espalda recta, hasta que la altura del tronco alcance el lugar donde dejar el peso.
4- No dejar nunca el peso a una altura superior a la que se encuentre pegado al tronco ya que obligaría a forzar la espalda.


Ejercicio y actividad física
El ejercicio físico y la actividad física de manera regular disminuye el riesgo de padecer lumbalgia. El sedentarismo aumenta el riesgo de padecer dolor de espalda y el reposo en cama el riesgo de que este dolor se prolongue por más tiempo y reaparezca más fácilmente.
La práctica continua y no intensiva de deportes (se recomienda la natación) se considera útil siempre y cuando no esté contraindicada por el médico -especialmente en quienes padecen o han padecido lumbalgia-.
El ejercicio físico está contraindicado durante la crisis aguda de dolor pero no ocurre así en el dolor crónico ya que mejora la incapacidad y el grado de movilidad y autonomía del paciente.
Los ejercicios para prevenir la lumbalgia suelen incluir aquellos que movilizan abdominales, dorsolumbares, cérvico-dorsales, glúteos y cuádriceps; estiramientos dorsolumbares, etc.

Normas de higiene postural y ergonomía


La función  de nuestros  pies consiste en proporcionar apoyo a nuestro cuerpo, aparte de servirnos para trasladarnos, detenernos,  realizar acciones rítmicas de propulsión y absorción de choques y  mantener el equilibrio.
Cuando nacemos nuestro pie está sin configurar y sus arcos no son perceptibles; solamente cuando el niño ha adoptado la posición erguida comienzan a hacerse visibles estos arcos, especialmente el longitudinal, consecuencia de los esfuerzos derivados de soportar el peso del cuerpo y de caminar.
Durante los primeros años de vida el pie se encuentra en pleno proceso de formación y, especialmente al principio, es una estructura muy flexible que no ha desarrollado la fortaleza suficiente, por lo que cualquier tensión anormal ejercida sobre el pie puede acarrear consecuencias negativas. Los primeros pasos se dan sobre superficies duras y firmes del hogar, calzadas de hormigón o aceras pavimentadas, lo que puede resultar perjudicial para los pies. A ello contribuye también el frecuente uso de zapatos indebidos desde el nacimiento.
En el pie del adulto el peso del cuerpo se distribuye entre la parte delantera del pie y el talón, en posición vertical la carga principal la soporta el talón y equivale a más de la mitad del peso del cuerpo. Así se entiende que cuando el peso se concentra en medio centímetro cuadrado de tacón de aguja, éste "pinche" los suelos. A medida que elevamos el talón mediante el uso de tacones, la distribución del peso cambia y cuanto más alto es el tacón, más se carga la zona delantera del pie.
Con tacones próximos a los 10 cm prácticamente casi todo el peso del cuerpo se ejerce sobre los dedos del pie.
La elevación del talón provoca no sólo una deformidad de la bóveda plantar, sino que además produce un acortamiento de los músculos gastrocnemios (en las pantorrillas) y sobrecarga de los huesos de los dedos de los pies. Así, los dedos se aplastan contra la punta del zapato y se deforman en forma de garra.
Prácticamente todo el peso del cuerpo se descarga sobre las cabezas metatarsianas y el pie pierde estabilidad. Además, el uso prolongado de tacones produce problemas a nivela d espalda ya que aumenta la curvatura lumbar provocando lumbalgias severas a causa de una hiperlordosis lumbar.
En el caso de los zapatos de punta fina, los dedos quedan aprisionados y se desequilibran. El dedo gordo sale hacia fuera, y los dedos cuarto y quinto se tuercen hacia dentro. Si bien todos los dedos se deforman, el que sufre las peores consecuencias es el famoso dedo gordo: se luxa hacia fuera, se desplazan los tendones y en la cabeza del metatarsiano aparece el juanete.
El dedo gordo deformado, atravesado, rechaza los dedos medios, que se deforman, y el quinto dedo o pequeño sufre una deformación inversa. Estas deformidades y desequilibrios son inicialmente pasajeros, pero con el uso prolongado de calzado inadecuado se hacen permanentes.
Hay un grupo de personas que son de alto riesgo si les aparece alguna lesión de este tipo: los diabéticos o con problemas circulatorios, que deben extremar el cuidado de pies, y las personas con arteriosclerosis de las extremidades inferiores y problemas de riego sanguíneo. 


CARACTERÍSTICAS DE UN ZAPATO ADECUADO


Recordemos que el mejor momento del día para comprarse calzado es al finalizar la tarde ya que tras una larga jornada es posible que nuestros pies estén hinchados y podremos comprar calzado que no nos apriete. Y hay que probarse ambos zapatos ya que es normal que un pie sea más grande que el otro.


Ø   El calzado debe ser cómodo para usted. Compruébelo caminado con ellos por la tienda antes de comprarlos. 
Ø   Debe tener un contrafuerte bueno, es decir que le de buena sujeción al talón. 
Ø   El tacón no debería exceder los 4 cm
Ø   El tacón debe ser ancho y la punta redonda de manera que no comprima los dedos. 
Ø   El zapato no debe doblarse desde la punta al talón, sino que debe tener consistencia o arco de enfranque que le da resistencia  desde la parte  posterior hasta la anterior. 
Ø   Se recomienda que el zapato abierto esté sujeto al menos por una tira desde atrás, porque los dedos del pie tienden a tratar de sujetar el calzado con un movimiento de reptación y se sobrecarga el metatarso, que es la parte anterior del pie donde apoya y sobre todo se ponen los dedos en garra. Cuando el calzado va sujeto desde atrás, la carga se reparte mucho más y no se fuerzan los dedos.

Síndrome del túnel carpiano


El síndrome del túnel carpiano es una neuropatía periférica que ocurre cuando el nervio mediano, que abarca desde el antebrazo hasta la mano, se presiona o se atrapa dentro del túnel carpiano, a nivel de la muñeca. El nervio mediano controla las sensaciones de la parte anterior de los dedos de la mano (excepto el dedo meñique), así como los impulsos de algunos músculos pequeños en la mano que permiten que se muevan los dedos y el pulgar.
El túnel carpiano, un pasadizo estrecho y rígido del ligamento y los huesos en la base de la mano, contiene, los tendones y el nervio mediano. El techo del túnel está formado por el ligamento denominado retináculo flexor. A través de este túnel discurren cuatro tendones del músculo flexor común superficial de los dedos de la mano, cuatro tendones del músculo flexor común profundo de los dedos de la mano y el tendón del músculo flexor largo del pulgar. Cualquier proceso que provoque ocupación del espacio (inflamación de alguno de estos tendones, presencia de líquido, etc.) provoca la disminución de espacio y el atrapamiento del nervio haciéndose que se comprima el nervio mediano. El resultado puede ser dolor, debilidad o entumecimiento de la mano y la muñeca, irradiándose por todo el brazo. Aunque las sensaciones de dolor pueden indicar otras condiciones, el síndrome del túnel carpiano es de las neuropatías por compresión más comunes y ampliamente conocidas en las cuales se comprimen o se traumatizan los nervios periféricos del cuerpo.
Comienzan gradualmente (también pueden aparecer súbitamente en algunos casos) y se manifiestan con sensaciones de calor, calambre o entumecimiento en la palma de la mano y los dedos, especialmente del pulgar y de los dedos medio e índice. Algunos pacientes que padecen el síndrome del túnel carpiano dicen que sus dedos se sienten hinchados e inútiles, a pesar de no presentar una hinchazón aparente. Los síntomas a menudo aparecen primero en una o ambas manos durante la noche, con una sensación de adormecimiento de las puntas de los dedos, originada por dormir con las muñecas dobladas.
El trastorno se debe muy probablemente a una predisposición congénita: el túnel carpiano es simplemente más pequeño en algunas personas que en otras. Otros factores que contribuyen al diagnóstico incluyen traumatismos o lesiones en la muñeca que causan la hinchazón, tal como una torcedura o una fractura; etc. En algunos casos es imposible determinar las causas.
Los movimientos repetitivos que se realizan en el curso normal del trabajo u otras actividades diarias pueden dar lugar a trastornos de movimientos repetitivos tales como bursitis (inflamación de una bursa, pequeña bolsa que facilita el movimiento de los músculos y tendones sobre el hueso), tendinitis (inflamación de los tendones) y sobre todo un hipertono, falta de elasticidad y fluidez entre músculos y tendones. No está totalmente comprobada, clínicamente, una relación entre los movimientos repetitivos propios de la actividad laboral y el síndrome del túnel carpiano.-

Higiene postural




Hace exactamente 3’5 millones de años, la evolución nos concedió a la raza humana el privilegio de pasar de la posición cuadrúpeda (cuatro patas) a la bipedestación (posición erguida). Gracias a esto pudimos dejar libres nuestros miembros superiores, confiándoles un papel importante y una gran responsabilidad, pudiendo así realizar tareas de gran fuerza o de prensa fina.
A cambio de esto tuvimos que pagar con la verticalidad de la columna vertebral y todo lo que ello conlleva.
En la actualidad, pasamos la mayor parte del tiempo en nuestros trabajos, donde de forma inconsciente adoptamos posturas que sobrecargan nuestra espalda, desembocando en los conocidos dolores en la zona cervical, lumbar, etc.
Al hablar de higiene postural nos referimos a la postura correcta que debemos adoptar al realizar las actividades de la vida cotidiana, ya sea de forma estática o dinámica.
Siendo conscientes de la situación de nuestra espalda en el espacio y la forma en que la disponemos, en trabajos que requieren permanecer mucho tiempo sentado, al elevar objetos pesados, etc., podemos evitar situaciones patológicas e incapacitantes como el conocido dolor de espalda.
Nuestro objetivo, será pues, evitar la sobrecarga de la espalda y disminuir el riesgo de aparición de crisis dolorosas.
La espalda es una estructura formada por la columna vertebral (vértebras y discos intervertebrales) y el sistema muscular.
De forma ocasional, el dolor de espalda puede ser debido a una enfermedad de la columna vertebral, pero la causa más frecuente de la aparición de las algias de espalda no es más que un mal funcionamiento de su musculatura.
La mejor forma de evitar y tratar el dolor de espalda es hacer ejercicio físico, evitar el sedentarismo y cumplir las normas de higiene postural y ergonomía.

NORMAS DE HIGIENE POSTURAL Y ERGONOMÍA
La higiene postural y la ergonomía son eficaces para prevenir los dolores de espalda, ya que su finalidad es reducir la carga que soporta la espalda durante las actividades diarias.
Una misma actividad se puede hacer adoptando posturas distintas. La higiene postural y la ergonomía enseñan a hacer todo tipo de actividades del modo más seguro y liviano para la espalda.

a- Posturas al estar acostado
- Al estar acostado es mejor situarse boca arriba. Dormir boca abajo no es recomendable, pues al hacerlo se suele modificar la curvatura de la columna lumbar y, para poder respirar, debe mantener el cuello girado durante varias horas. Si no puede dormir en otra postura, debería intentar hacerlo ligeramente de costado. Si, por ejemplo, se girase hacia el lado izquierdo, deberá flexionar la cadera y la rodilla derecha, aún manteniendo estirada la izquierda, y procurar girar los hombros y adaptar la forma de la almohada a su cabeza de modo que la postura relativa del cuello en relación a la columna dorsal fuese lo mas parecido posible a la que forman al estar de pie.

b- Colchón
Características del colchón y la cama:
- Actualmente la evidencia científica disponible demuestra que es falsa la creencia de que en los casos de dolencias de espalda el colchón deba ser muy duro. En comparación con un colchón muy duro (2,3 puntos de la escala del Comité Europeo de Estandarización), uno de firmeza media (5,6 puntos de esa escala) mejora la intensidad del dolor y el grado de incapacidad física en mayor número de pacientes. El rango de la escala va de 1 (mayor dureza posible) a 10, de manera que 5,6 equivale a una firmeza intermedia.

- El colchón debe ser firme y recto, en cuanto a que no debe tener la forma de una hamaca, pero debe ser suficientemente mullido como para adaptarse a las curvas de su columna (cifosis y lordosis) un colchón muy duro, como el suelo o una tabla, es tan perjudicial como un colchón excesivamente blando, en el que su columna "flota" sin sujeción.

c- Almohada
Características de la almohada:
- Si duerme boca arriba la almohada relativamente fina debe asegurar que la columna cervical forma con la columna dorsal el mismo ángulo que al estar de pie.
- Si duerme apoyándose sobre un hombro la almohada gruesa o enrollada debe mantener el cuello en el eje de la columna dorsal asegurándose que no caiga ni rote.

d- Posturas al estar sentado

Altura
Debe apoyar completamente los pies en el suelo y mantener las rodillas al mismo nivel o por encima de las caderas. Si utiliza un reposa pies debe tener una inclinación ajustable entre 0º y 15º sobre el plano horizontal.

Respaldo
La silla, con una suave prominencia en el respaldo, debe sujetar la espalda en la misma postura en la que la columna esta al estar de pie, es decir, respetando las curvaturas normales. Especialmente, debe sujetar el arco lumbar, estando provisto de profundidad regulable y altura e inclinación ajustables. Un respaldo de altura variable facilita que una misma silla se ajuste a distintas espaldas.
Los estudios científicos realizados reflejan que la presión sobre la columna vertebral y los músculos de la espalda es menor si el respaldo está ligeramente inclinado hacia atrás, formando un ángulo de 135 grados con respecto a la superficie sobre la que se está sentado. No obstante, no existe ningún estudio clínico de alta calidad que confirme que esa postura realmente resulte mejor para la espalda.
Debe evitar giros parciales. Lo correcto es girar todo el cuerpo a la vez. También es conveniente levantarse y andar cada 45 minutos.

Trabajar con el ordenador
La pantalla tiene que poderse orientar e inclinar.
Debe situarla a unos 45 cms. de distancia, frente a los ojos (no a izquierda ni derecha) y a su altura, o ligeramente por debajo. El teclado debe estar bajo, para no levantar los hombros, o debe poder apoyar los antebrazos en la mesa. La elevación del teclado sobre la mesa no debe superar los 25º. Si es posible, la iluminación debe ser natural, y en todo caso se deben evitar los reflejos en la pantalla. Las muñecas y los antebrazos deben estar rectos y alineados con el teclado, con el codo flexionado a 90º. Puede utilizar también un reposa manos de al menos 10 cm. de profundidad para reducir la tensión estática. Si usa prolongadamente el ratón, alterne cada cierto tiempo la mano con la que lo maneja. Coloque en un radio de 75 cms. los objetos que utilice frecuentemente, como el teléfono y el teclado, y a más distancia los que utilice menos a menudo, como las unidades de almacenamiento o la impresora. Así cambiará de posición cada cierto tiempo.

e- Posturas al cargar peso

Carga tradicional
Cargar "tradicionalmente" (frontalmente el peso que debe cargar, con las piernas estiradas, flexionando la columna hacia delante) siempre es malo. Si no tiene más remedio que hacerlo así, para que sea algo menos nocivo, compruebe que sus rodillas están flexionadas y que su columna está arqueada hacia atrás mientras lo hace, nunca hacia delante.


Carga Vertical
Agáchese doblando las rodillas, con la espalda recta y la cabeza levantada, apoyando los dos pies en el suelo, ligeramente separados (aproximadamente la separación entre las caderas) y lo más cerca posible del peso que debe cargar. Agarre entonces el peso con los brazos, manteniéndolo tan próximo al cuerpo como pueda, y levántese estirando las piernas y manteniendo la espalda recta o ligeramente arqueada hacia atrás, en ningún caso hacia adelante. Si el peso es considerable, mantenga las piernas ligeramente flexionadas mientras deba cargarlo.

Carga diagonal
Agáchese doblando las rodillas, con la espalda recta y la cabeza levantada, apoyando los dos pies en el suelo, uno ligeramente más adelantado que el otro, con la punta del pie más atrasado tocando el borde del peso que se deba cargar, de modo que el tronco prácticamente estará encima del peso. Agarre entonces el peso con los brazos, manteniendo tan próximo al cuerpo como pueda, y levántese estirando las piernas y manteniendo la espalda recta o ligeramente arqueada hacia atrás, en ningún caso hacia delante. Si el peso es considerable mantenga las piernas ligeramente flexionadas mientras deba cargarlo.


Levantar pesos
Levante los pesos tan solo hasta la altura del pecho, con los codos flexionados para asegurar que la carga está lo más pegada al cuerpo que sea posible. Si debe colocarlos mas arriba, súbase a una banqueta o escalera.


f- Posturas al estar de pie
Mientras esté de pie, mantenga un pie en alto y apoyado sobre un escalón, un objeto o un reposapiés. Alterne un pie tras otro. Cambie la postura tan frecuentemente como pueda.
No esté de pie si puede estar andando. Su columna sufre más al estar de pie parado, que andando.
Si debe trabajar con sus brazos mientras está de pie, hágalo a una altura adecuada, que le evite tener que estar constantemente agachado o con la espalda doblada y le permita apoyarse con sus brazos.

g- Calzado
Evite los zapatos de tacón alto si debe estar mucho tiempo de pie o caminando. Un zapato completamente plano, sin ningún tacón, tampoco es lo ideal, especialmente si existen problemas de rodilla. Un tacón de 1.5 a 3 cms. suele ser adecuado.


h- Barrer y fregar el suelo
Al barrer y fregar el suelo, asegúrese de que la longitud de la escoba o fregona es suficiente como para que alcance el suelo sin que se incline. Si no es así, cambie el instrumento porque le será imposible utilizarlo sin sobrecargar su columna. Las manos deben poder sujetar la escoba o fregona manteniéndose entre la altura de su pecho y la de su cadera. Al barrer o fregar, mueva la escoba o fregona lo más cerca posible de sus pies  y hágalo tan solo por el movimiento de los brazos, sin seguirlos con la cintura, asegurándose de que su columna vertebral se mantiene constantemente vertical y no inclinada.

Enfermedades profesionales

Se denomina enfermedad profesional a aquella enfermedad adquirida en el puesto de trabajo de un trabajador por cuenta ajena, y que dicha enfermedad este aparada  por  ley.


Para catalogar como profesional a una enfermedad es imprescindible que existan elementos básicos que la diferencien de una enfermedad común:

Agente: debe existir un agente causal en el ambiente o especiales condiciones de trabajo, potencialmente lesivos para la salud. Pueden ser físicos, químicos, biológicos o generadores de sobrecarga física para el trabajador expuesto.

Exposición: es condición "sine qua non" demostrar que como consecuencia del contacto entre el trabajador y el agente o particular condición de trabajo se posibilita la gestación de un daño a la salud.

Nexo de causalidad: debe demostrarse con pruebas científicas (clínicas, experimentales o estadísticas) que existe un vínculo inexcusable entre la enfermedad y la presencia en el trabajo de los agentes o condiciones delineados precedentemente.

Inclusión en la lista oficial: la restricción en el número de enfermedades profesionales de aquellas que cumplen con determinadas condiciones garantiza el otorgamiento automático de las prestaciones para los que aparecen en la lista, disminuyendo la incidencia de litigios y facilitando el manejo médico administrativo de los casos.



En el Uruguay tras 40 años, el gobierno actualizaró la lista de enfermedades profesionales, incluyendo 77 nuevas patologías. El Pit-Cnt reconoce el avance pero pide la inclusión de las enfermedades mentales para que sean indemnizable.

La puesta al día de la lista implica que la cobertura del Banco de Seguros del Estado.
En total, son 106 las patologías reconocidas por el Estado 

La principal novedad que deja esta actualización es la incorporación de las enfermedades del sistema osteomuscular, es decir las lesiones generadas por esfuerzos repetitivos como tendinitis y lumbalgias.

Actividades como el corte y fileteado de pescados y carnes, tareas con martillos neumáticos y motosierras, de almacenamiento y empaque en serie, son propensas a generar este tipo de dolencias.

A su vez, en los trabajos subterráneos o de tipo sanitario son comunes las lesiones por hiperflexión de rodillas.

El listado -que se basa en un documento publicado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en marzo de 2010- incorpora además las enfermedades causadas por exposición a agentes químicos, aquellas provocadas por exposición a agentes físicos como ruidos, vibraciones, radiaciones, y temperaturas extremas. 
El Estado también pasará a reconocer las enfermedades provocadas por agentes biológicos y las enfermedades infecciosas o parasitarias, las enfermedades de la piel y las afecciones del sistema respiratorio.
El  próximo paso será  la inclusión de patologías mentales como el estrés, las cuales están ausentes de este listado.
La incorporación de esta clase de enfermedades está sujeta a la conformación de un grupo multidisciplinario que determine la vinculación de la enfermedad mental con la actividad laboral, algo difícil de establecer con claridad.
La nueva Lista de Enfermedades Profesionales de la OIT fue declarada obligatoria por decreto presidencial revisada y actualizada al año 2010
Las  más destacadas son las que afectan la columna y los miembros superiores (tendinitis: inflamaciones de muñecas, codos, hombros, lumbalgias, cervicalgias, etc.), quedando excluidas las enfermedades mentales.

Enfermedades causadas por agentes químicos fósforo cromo manganeso arsénico mercurio plomo alcoholes, glicoles o cetonas etc

Enfermedades causadas por sustancias asfixiantes como monóxido de carbono

Enfermedades causadas por agentes físicos

Deterioro de la audición causada por ruido

Enfermedades causadas por vibraciones (trastornos de músculos, tendones, huesos, articulaciones, vasos sanguíneos periféricos o nervios periféricos)

Enfermedades causadas por aire comprimido o descomprimido

Enfermedades causadas por radiaciones ionizantes

Enfermedades causadas por radiaciones ópticas (ultravioleta, de luz visible, infrarroja), incluido el láser

Enfermedades causadas por exposición a temperaturas extremas

Agentes biológicos y enfermedades infecciosas o parasitarias

Brucelosis
Virus de la hepatitis
Virus de la inmunodeficiencia humana (VIH)
Tétanos
Tuberculosis

Síndromes tóxicos o inflamatorios asociados con contaminantes bacterianos o fúngicos
Ántrax
Leptospirosis

Enfermedades del sistema respiratorio

Neumoconiosis causadas por polvo mineral fibrogénico (silicosis, antracosilicosis,
asbestosis)
Broncopulmonares causadas por polvo de algodón (bisinosis), de lino, de
cáñamo, de sisal o de caña de azúcar (bagazosis)
Asma causada por agentes sensibilizantes o irritantes reconocidos e inherentes al proceso de trabajo.
Alveolitis alérgica extrínseca causada por inhalación de polvos orgánicos o de aerosoles
contaminados por microbios que resulte de las actividades laborales
Enfermedades pulmonares obstructivas crónicas causadas por inhalación de polvo de carbón, polvo de canteras de piedra, polvo de madera, polvo de cereales y del trabajo agrícola, polvo de locales para animales, polvo de textiles, y polvo de papel que resulte de las actividades laborales
Enfermedades pulmonares causadas por aluminio

Enfermedades de la piel

Dermatosis alérgica de contacto y urticaria de contacto causadas por otros alergenos
reconocidos
Dermatosis irritante de contacto causada por otros agentes irritantes reconocidos

Enfermedades del sistema osteomuscular

Tenosinovitis de la estiloides radial debida a movimientos repetitivos, esfuerzos intensos y posturas extremas de la muñeca
Tenosinovitis crónica de la mano y la muñeca debida a movimientos repetitivos, esfuerzos intensos y posturas extremas de la muñeca
Bursitis del olécranon debida a presión prolongada en la región del codo.
Bursitis prerrotuliana debida a estancia prolongada en posición de rodillas.
Epicondilitis debida a trabajo intenso y repetitivo
Lesiones de menisco consecutivas a períodos prolongados de trabajo en posición de
rodillas o en cuclillas.
Síndrome del túnel carpiano debido a períodos prolongados de trabajo intenso y repetitivo, trabajo que entrañe vibraciones, posturas extremas de la muñeca, o una combinación de estos tres factores

Trastornos mentales y del comportamiento

Trastorno de estrés postraumático

Cáncer profesional

Cáncer causado por los agentes siguientes
Amianto o asbesto
Bencidina y sus sales
Benceno
Radiaciones ionizantes
Alquitrán

El cabello


INTRODUCCIÓN

El tema del cabello en el ser humano, es un tópico apasionante, extenso y por demás interesante. El conocimiento de la naturaleza del cabello, su estructura, sus características físicas y químicas, condición y disfunciones su tratamiento y cómo mantenerlo sano y saludable, ha sido motivo de extenso estudio e investigación científica a través de los tiempos y ahora puede decirse que es casi una ciencia todo lo referente al cabello, su manejo, y los tratamientos necesarios para mantenerlo en condiciones óptimas de salud, belleza y atractivo. La gente de todo el mundo concibe al cabello como algo muy importante de su propia naturaleza. Usamos al cabello como una expresión de nuestra personalidad, para reafirmarnos, sentimos bien y aún para atraer a otras personas, el cabello quizá es nuestro rasgo más distintivo pues cualquier cambio de color, estilo y corte, se nota inmediatamente y es motivo de comentarios o sugerencias.
El cabello es un material sorprendente. En las manos de un experto y usando los modernos productos capilares de diseño científico se convierte en algo reluciente, suave y lleno de vida, sin embargo y extrañamente el cabello es material orgánico muerto.
Entender al cabello desde un punto de vista científico permite al profesional predecir qué sucederá a los diferentes tipos de cabello cuando se someten a diferentes condiciones de tratamiento y manejo, y permite saber qué puede lograrse con el cabello de una persona particular y qué no se logrará cuando las fibras capilares del mismo son muy finas, o están muy cortas o tienen un color disfuncional o simplemente es un cabello difícil de manejar.

EL CABELLO HUMANO
Como todos los mamíferos, el ser humano tiene pelo y cabello en toda la piel aunque no sea totalmente visible, las características de este elemento nos son heredadas a través de la línea ancestral.
El color, la textura, la manejabilidad, y el grosor han llegado a nosotros por herencia genética no modificable. Los científicos piensan que el pelo evolucionó como rasgo de identificación, de "estatus" o diferenciación sexual entre los miembros de las especies. El pelo también tiene una función aislante que protege al ser del frío y el medio ambiente y una función como órgano sensor particularmente en las pestañas y las cejas que están relacionadas con las sensaciones del tacto. Se ha sugerido que el cabello transporta el olor característico de cada individuo, por el que se reconocen unos y otros entre sí. Un humano en promedio tiene aproximadamente 5 millones de folículos pilosos de los cuales 100 mil están en la cabeza al nacer, un bebé tiene aprox. 1,100 cabellos por centímetro cuadrado, con el tiempo ya entre los 30 y 50 años de edad esta cantidad se reduce a 250 - 300, cada folículo genera unos 20 cabellos nuevos durante su ciclo de vida. Tenemos tres tipos de pelo en el cuerpo: el Lanugo que sólo crece en estado fetal, el Vello que es corto (un centímetro) no contiene pigmento y su folículo no tiene glándula sebácea, y el Terminal que es largo (puede llegar a un metro o más) su folículo si tiene glándula sebácea y crece en la cabeza, brazos, piernas y tórax, durante la pubertad también se desarrolla en las axilas, la ingle y la barbilla.
Dependiendo de las características hereditarias durante la edad media y la vejez el cabello puede crecer normalmente o se miniaturiza o desaparece.


ESTRUCTURA DEL CABELLO
El cabello es una extensión especializada de la epidermis y consta de dos partes distintas, el Folículo piloso y la Fibra capilar. El Folículo piloso localizado en el panículo graso de la piel cabelluda es la zona

Dónde se genera y reproduce el cabello, circundado por una red de capilares que lo nutren, tiene una  actividad continua durante toda su vida útil. La primera sección del folículo se conoce como bulbo capilar que es dónde se generan las células especiales que al morir forman la estructura de la fibra capilar, también aquí se genera el pigmento y todas las propiedades físicas y químicas que tendrá el cabello como : por ejemplo: la resistencia, el grosor, forma y perfil de la fibra, brillo, flexibilidad, capacidad de humectación, etc. Al ir formándose el cabello, éste crece hacia fuera del folículo y se convierte en fibra  capilar con todas las características terminales de color, estructura, elasticidad, contenido de agua,  resistencia al estiramiento y al torcido, grosor, si es rizado o lacio, etc. La fibra capilar esta formada por una sección central llamada córtex responsable de la elasticidad y rizado del cabello unida a una sección de queratina rica en azufre responsable de la resistencia al estiramiento y torcido del cabello llamada matriz capilar y por último una sección exterma compuesta por aproximadamente 10 capas de escamas de queratina llamada cutícula responsable de proteger la integridad interna de la fibra y proporcionar gran resistencia, brillo y contraste al cabello.


PROPIEDADES FISICAS DEL CABELLO
Conocer a fondo estas propiedades es importante para el profesional que trata con el cabello desde diferentes circunstancia: ya sea formulando productos de tratamiento ya sea aplicando los tratamientos o capacitando al consumidor en el uso adecuado de los productos y procedimientos.

Elasticidad Capilar (Resistencia al Estiramiento). Es una de las propiedades más importantes. Debido a ella, el cabello resiste esfuerzos que cambian su perfil, volumen y longitud. La elasticidad permite que el cabello tratado retome a su nivel original sin daño. El cabello húmedo puede estirarse hasta un 30 % de su longitud y regresar a la medida original al secarse. La decoloración, los permanentes, la luz natural y la luz ultravioleta dañan la propiedad elástica del cabello. La elasticidad debe examinarse antes de la aplicación de cualquier tratamiento químico sobre el cabello.

Electricidad Estática. Cuando el cabello seco se frota o peina, se genera electricidad estática sobre todo cuando el tiempo es seco y caliente. Las cargas eléctricas provocan que cada fibra tienda a separarse y su control se dificulta. Los acondicionadores y shampoo con acondicionador reducen y controlan esta desviación.

Contenido de Humedad. A mayor contenido de humedad se genera más fricción en la cutícula, el cabello pierde suavidad y tiende a enredarse.

Diámetro de la Fibra. La elasticidad del cabello húmedo o seco está relacionada a su diámetro, a mayor diámetro la fibra tenderá a resistir más la fuerza de estiramiento y elongación.

Porosidad. En el cabello normal no dañado con su cutícula intacta, el agua no penetra al cortex y los shampoo no dañan la fibra, sin embargo al aplicar permanentes o tintes químicos, éstos atacan la cutícula haciéndola porosa. El uso continuo de tratamientos químicos agresivos tiende a crear un cabello poroso permanentemente que se vuelve seco, frágil y con tendencia a desarrollar puntas abiertas.

Textura. La mayor atracción de una bella cabellera reside en su textura y tacto condición que va a depender de: el diámetro de la fibra capilar (a mayor diámetro más cuerpo y volumen del cabello), del grado de tratamiento químico y daño interno de la fibra (el cabello natural es el de mejor textura) y por último de lo que se aplica sobre el cabello (geles, spray, lociones). Los acondicionadores de alta calidad mejoran la textura y tacto del cabello sobre todo si contiene moléculas de silicón.


ESTADO Y CONDICION DEL CABELLO.
En resumen, el estado general del cabello depende de cómo se le ha tratado, normalmente nosotros mismos somos los enemigos de nuestro cabello. El cabello necesita atención, cuidado y mantenimiento continuo para mantenerse sano y atractivo, una cabellera sana es aquella que se lava con regularidad usando productos de buena calidad. También es muy importante el acondicionar las fibras capilares adecuadamente con los productos indicados para cada tipo de cabello. El corte de puntas hecho por un profesional evita los daños del intemperismo que resultan en las puntas abiertas y la exposición del cortex al medio ambiente. Al cambiarse el color natural por uno de aplicación química, la consulta con un profesional experimentado orientará sobre cuánto color puede soportar en ese momento. El cabello y sobre los productos afines y adecuados para su tratamiento. Si se aplicará un permanente químico la consulta profesional sobre el momento de aplicarlo y el tratamiento adecuado es útil y necesaria. Una vez aplicado un permanente químico será necesario atender más el acondicionamiento profundo del cabello y evitar repetir los tratamientos químicos frecuentemente.
Con el correcto entendimientos de los principios del buen cuidado del cabello y regularmente poniéndolo en práctica, cualquiera de nosotros puede mantener su cabellera en excelente condición.
Por otro lado, se cae en la trampa de la sobre corrección del daño de la condición capilar si no entendemos las propiedades básicas del cabello en general, o tratamos de decolorarlo más de lo que puede soportar, o continuamente tratamos de arreglar errores de tratamiento químico ya cometidos o aplicamos permanentes al cabello que está en malas condiciones. Frecuentemente la salud capilar se pierde como resultado de la combinación de tratamientos erróneos en periodos largos.

La piel como barrera defensiva


El cuerpo humano posee un conjunto de barreras defensivas que tienen por función impedir la entrada y el desarrollo de los agentes patógenos que provocan enfermedad.

Barreras primarias
La piel es la primera barrera defensiva que impide el ingreso de agentes patógenos en el organismo humano, por eso es fundamental mantenerla limpia y flexible. El sudor, que producen las glándulas sudoríparas, tiene un pH levemente ácido; esta característica impide la supervivencia de muchos microorganismos. Las glándulas sebáceas producen ácidos grasos que inhiben el desarrollo de ciertas bacterias.
En los orificios corporales (boca, fosas nasales, orificios urogenitales, etc.), la piel recibe el nombre de mucosa. Las células mucosas segregan mucus, una sustancia, que actúa como una trampa eficaz. Las células de la mucosa de las vías respiratorias poseen cilias, que em­pujan el mucus con partículas de polvo y microorganismos hacia el exterior.
Otras secreciones que tienen función defensiva son las lágrimas y la saliva, que producen una sustancia química, llamada lisozima, capaz de destruir la pared celular bacteriana. Los jugos digestivos, ricos en ácido clorhídrico, también provocan la muerte de algunos microorganismos presentes en los alimentos.
Un tipo de defensa muy especial lo constituyen las bacterias de la flora intestinal; éstas colonizan el intestino e impiden el desarrollo de otras bacterias que sí son perjudiciales.

Barreras secundarias
Cuando las barreras primarias han sido vencidas, los agentes patógenos se adhieren al te­jido, utilizando distintos tipos de mecanismos, penetran en él, lo colonizan y se desarrollan. Es entonces cuando entran en acción los leucocitos (glóbulos blancos), principalmente los polimorfonucleares (PMN) o granulocitos y los monocitos o macrófagos. Los PMN po­seen lisosomas para destruir a los agentes patógenos. Los macrófagos también intervienen en la formación de anticuerpos. Ambos tipos de leucocitos poseen una serie de propiedades para capturar y destruir a distintos microorganismos:
Quimiotaxia: capacidad de responder a las sustancias químicas (llamadas linfoquino-nas) producidas por las células de los órganos dañados;
Movimiento ameboide: forma de desplazamiento que les permite movilizarse de un lugar a otro, semejante al que utilizan la amebas;
Diapédesis: capacidad que tienen los leucocitos para atravesar los vasos sanguíneos; fagocitosis: consiste en envolver al agente patógeno y destruirlo mediante la acción de enzimas.
El organismo experimenta una serie de fenómenos que favorecen la función fagocítica de los leucocitos. Por ejemplo, se produce vasodilatación y aumento de la permeabilidad capilar en la zona infectada, lo que permite un aumento del flujo sanguíneo y, por lo tanto, que lleguen más leucocitos.
Tanto las barreras primarias como las secundarias constituyen defensas no específicas, porque atacan a cualquier tipo de agente patógeno.
|
Barreras terciarias
La última barrera defensiva está constituida por distintos órganos: la médula ósea de los huesos largos del cuerpo, el bazo, el timo y los ganglios linfáticos; estos órganos producen o completan el desarrollo de dos clases de leucocitos: los linfocitos B y los linfocitos T. Los del tipo B tienen la propiedad de elaborar moléculas especiales que neutralizan a los agentes patógenos y generan inmunidad en el organismo: los anticuerpos.
Antígeno es toda sustancia extraña que tiene la capacidad de provocar la formación de anticuerpos. Ejemplos de antígenos son las proteínas que forman parte de la cápsula viral, los lípidos que conforman la cápsula bacteriana, etcétera.
Los anticuerpos o inmunoglobulinas (Ig) son moléculas proteicas elaboradas por los linfocitos B cuando éstos están en contacto con un antígeno determinado. Un individuo llega a producir casi un millón de anticuerpos, de distintos tipos, durante toda su vida.
En este caso, la respuesta inmunológica que se desencadena se caracteriza por tener:

Especificidad, es decir, que hay un tipo específico de anticuerpo para cada tipo  de antígeno, porque se establece una combinación selectiva y precisa entre ambos;
Memoria, una vez que se produce un tipo de anticuerpo, un nuevo contacto con el agente patógeno que generó su producción hará que los linfocitos produzcan anticuerpos en más cantidad y con mayor rapidez.

Los linfocitos T se producen en la médula ósea, pero se dirigen luego hacia el timo, órgano del cuerpo ubicado en la base del cuello, donde terminan su maduración. Aunque no producen anticuerpos, tienen en su superficie receptores de membrana capaces de reconocer específicamente a los antígenos. Existen distintos tipos de linfocitos T: los lla­mados citotóxicos, que se unen a los antígenos del agente patógeno y lo destruyen con sustancias tóxicas; los cooperadores o auxiliares, que estimulan a los linfocitos B a re­conocer los antígenos, y los supresores, que inducen el cese de la actividad de los linfo­citos B y, por lo tanto, la interrupción de la producción de anticuerpos.
Los macrófagos, además de constituir barreras secundarias, intervienen en la forma­ción de anticuerpos. Luego de fagocitar al agente patógeno, se produce la lisis del mis­mo, y quedan incluidos antígenos en la superficie del macrófago. Cuando éste entra en contacto con un linfocito, se desencadena la producción de anticuerpos. Casi toda la respuesta inmune se produce gracias a que los macrófagos sirven de intermediarios; la ma­yoría de los antígenos sólo estimulan a los linfocitos a través de macrófagos.

Inmunidad activa y pasiva
La inmunidad es activa cuando el individuo produce los anticuerpos por sí mismo. Esta es natural como consecuencia de padecer una enfermedad, y es artificial cuando la formación de anticuerpos se produce como respuesta a la aplicación de vacunas.

Vacuna. Las vacunas son preparados que se elaboran con gérmenes, generalmente muertos, o toxinas de éstos, pero con su virulencia atenuada. Al aplicarlas, los linfocitos producen anticuerpos. Cuando la persona se pone en contacto con el agente patógeno de la enfermedad para la que fue vacunada, gracias a la memoria inmunológica de los linfocitos la enfermedad no se desarrolla. Esta respuesta inmune demora de dos a cuatro se­manas en establecerse, pero su duración es prolongada.
Por lo general, para mantener la capacidad inmunológica contra una determinada enfermedad, se debe administrar más de una dosis de vacuna.
La inmunidad se adquiere en forma pasiva cuando el organismo recibe los anticuerpos ya elaborados. Esto sucede naturalmente en el recién nacido, gracias a los anticuerpos ma­temos que recibe durante la gestación, a través de la placenta, y, posteriormente, durante la lactancia. Artificialmente, la inmunidad pasiva se obtiene cuando se aplican sueros.

Suero. El suero es la parte de la sangre que no contiene los elementos figurados (eritrocitos, leucocitos y plaquetas). En él se encuentran los anticuerpos que produce naturalmen­te el organismo contra gérmenes patógenos. Cuando se aplica suero a una persona, se ino­culan los anticuerpos que se formaron en otros organismos, ya sean humanos o animales.
La preparación de un suero exige inmunizar con antígenos a un animal (generalmente caballo o cerdo) para que elabore anticuerpos. Se procede luego a extraerle periódicamente sangre, se separa el suero por coagulación y se purifica y esteriliza.
Las inmunoglobulinas humanas son anticuerpos presentes en el suero sanguíneo humano, como por ejemplo la gammaglobulina; actúan directamente frente al contagio de en­fermedades, y se obtienen concentrando suero sanguíneo de donantes voluntarios.
Un individuo inmunizado pasivamente nunca tendrá más anticuerpos que los que recibió, y éstos gradualmente irán desapareciendo. La sueroterapia se emplea para producir una inmunidad pasiva temporal, ya que su acción en el tiempo es breve.
El empleo del suero, como el antirrábico, el antitetánico o el antiofídico, es efectivo para controlar una afección peligrosa. Se lo utiliza como medida preventiva en caso de ries­go de contagio masivo; por ejemplo, se suele aplicar suero contra la hepatitis A a aque­llas personas que viajan a zonas donde esta enfermedad está muy difundida.
Las vacunas se emplean como medida preventiva, para proteger a la persona
contra futuros ataques de agentes patógenos. Los sueros son principalmente terapéuticos, y se aplican en el momento que la persona está padeciendo la enfermedad, con el fin de curarla.